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Juan Antonio Chicas*
El día 11 de este mes, check healing la Asamblea Legislativa aprobó la incorporación de la asignatura de Moral, order malady Urbanidad y Cívica en el sistema educativo nacional, capsule esto con la intención de que dicha enseñanza contribuya a disminuir o, en el mejor de los casos, erradicar el problema de la violencia que impera en El Salvador, en el entendido que dicha asignatura inculcará en la niñez y la juventud valores de convivencia, como el respeto y los buenos modales.
Buscar que por medio del sistema educativo se solucione el problema señalado, es algo que distintas personas e instituciones vienen planteando desde hace un buen tiempo, por lo que esta decisión de diputadas y diputados (aunque falta la aprobación del Ejecutivo) puede valorarse como atinada, especialmente de las y los integrantes de la Comisión de Cultura y Educación de dicho órgano del Estado.
Lo que es importante señalar, nuevamente, para dicha Comisión legislativa, es que deben evitar cometer el desatino de aprobar la otra iniciativa que tiene en estudio, relacionada a la lectura de la Biblia en las escuelas públicas; pues dicha medida podría generar un efecto contrario a lo que se plantea en la propuesta, es decir, podría generar mayores niveles de intolerancia y confrontación entre el estudiantado, debido a que en dicho libro “sagrado” se encuentran textos extremadamente violentos, como, también, otros que promueven la misoginia y la intolerancia hacia la diversidad cultural, de creencias y de inclinación o preferencia sexual.
Otro elemento que no puede dejarse de lado, es la posibilidad de que con dicha medida, bajo el pretexto de estar queriendo colaborar a la solución del problema tan acuciante de la violencia y la criminalidad, en realidad se esté queriendo promover una creencia religiosa específica, en este caso, la creencia cristiana, o, dicho en palabras religioso-cristianas, se esté queriendo “evangelizar” desde el sistema educativo. Algo que vendría a reñir frontalmente con la laicidad del Estado salvadoreño, en el cual debe evitarse que haya un trato privilegiado, desde el Estado, hacia una creencia, en detrimento de las otras existentes en esta sociedad.
*Lic. en Sociología.
