Miguel Ángel Dueñas Góchez*
Hay muchas personas que sostienen, de acuerdo al refrán, que “una sola golondrina no hace verano”, pero, si la actitud de esta inspira también a otras a alcanzar el propósito deseado, podría experimentarse un cambio, en este caso, social.
Hay una película llamada “Chocolate”, la cual narra la historia de una mal llamada madre soltera (lo cual simplemente se cataloga como pareja de padre abortivo), Vianne Rocher (Juliete Binoche), y su hija Anouk, quienes llegan a Lansquenet (un pequeño pueblo francés), en el invierno de 1959. La vida trashumante de Vianne y su indiferencia ante el catolicismo sacuden las bases de la sociedad mayoritariamente conservadora y piadosa del pueblo, cuyos habitantes, moralistas y reprimidos, viven de las apariencias y rechazan todo aquello que, por nuevo o desconocido, se introduce en sus vidas. Al poco tiempo de llegar, Vianne tiene un don para leer a las personas, saber qué tipo de chocolate prefieren al paladar y el alma de estas, ya que el chocolate, según una leyenda maya, tiene el poder de desenmascarar los más profundos anhelos de las personas, por lo que abre su propia tienda de chocolates, con la que lentamente comienza a ganarse la confianza de muchos en el pueblo, pero a la vez le causa enormes confrontaciones con las facciones tradicionales, quienes consideran que por quedar justo frente a la iglesia del pueblo, y trabajar los domingos, Vianne representa una amenaza para lo establecido. A medida que se acerca el domingo de pascua, la confrontación crece entre aquellos que la apoyan y los que la repudian, especialmente cuando Vianne decide organizar un festival del chocolate durante una de las celebraciones más importantes del catolicismo.
Entremezclada con la trama principal, aparece una pequeña historia de amor entre Vianne y Roux (Johnny Depp), igualmente rechazado y odiado por la gente del pueblo por su diferente moral y su carácter nómada (https://es.wikipedia.org/wiki/ Chocolat_(pel%C3%ADcula_de_2000). Al final Vianne logra que el pueblo se involucre y a pesar del tradicionalismo existente, la mujer consigue cambios, tanto que el sermón del cura también se modifica, siendo diferente al acostumbrado.
*Lic. en Relaciones Internacionales.