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Una universidad de 175 años: UES

Licda. Norma Guevara de Ramirios
@guevara_tuiter

El 16 de febrero pasado, mind la Universidad de El Salvador cumplió 175 años de fundada. La Asamblea Legislativa la declaró “Notable Institución de Educación Superior” y desarrolló una sesión solemne  dedicada a  la ocasión.

La UES fue creada, por decreto de la Asamblea Constituyente, en el momento en que El Salvador  se erige como Estado independiente.  Es un tiempo, propició para que los historiadores salvadoreños se detengan y nos inviten a mirar en el tiempo los distintos momentos de nuestra alma mater, porque la conciencia sobre nuestro pasado fortalece la identidad nacional y le permite proyectarse mejor  hacia un futuro que todos deseamos sea  el de un país  educado, productivo y seguro, una  nación justa, solidaria y humana.

La comunidad universitaria entendida como su estudiantado, sus maestros, sus trabajadores y sus profesionales egresados, merecen apropiarse serenamente de esa  historia. Los estudiantes que hoy reciben su formación profesional en San Miguel, Santa Ana, San Vicente y San Salvador, los que se aprestan a formarse en la Universidad en Línea tienen  el deber de preguntarse ¿dónde estuvo la primera sede?, ¿Qué carreras se impartían?, ¿Qué requisitos se requerían para ingresar? ¿Quiénes fueron sus primeros profesores?, ¿cuánto gastaba el Estado en las diferentes etapas?… Todo eso nos informa de cómo llegamos a la Universidad de hoy. No pretendo responder esas preguntas, pero sí motivar la curiosidad de saber  especialmente por parte de quienes forman hoy la comunidad viva de nuestra Universidad de El Salvador.

A veces con relativa facilidad aceptamos estereotipos sobre instituciones, sobre personas, sobre acontecimientos, pero si somos rigurosos en la búsqueda de la verdad nos sorprendemos. En esta ocasión sobre la UES que es mi Alma Máter, deseo compartir reflexiones y recuerdos, juicios personales.

Sobre su Autonomía: La autonomía es un concepto referido a la libertad con la cual una institución de educación superior debe desarrollar su misión formadora, su papel de entidad capaz de criticar la realidad sin pagar por ello consecuencias de persecución política, se refiere a la capacidad de autogobernarse bajo el juicio de sus integrantes, sus estudiantes,  sus docentes, de profesionales egresados y crear con libertad la organización  y  mecanismos para el estudio de las diferentes disciplinas; las artes, la investigación y la docencia. La autonomía faculta el darse su propio gobierno universitario, sin dejar de gozar del apoyo financiero del Estado.

Es una condición para la libertad de cátedra, para no ser sometidos en la conservación, difusión y creación del conocimiento. Este carácter es el que se ve afectado con las intervenciones militares que nuestra universidad ha sufrido a lo largo de su historia, la más remota y la más reciente. Las dictaduras oligárquico militares buscaban callar las voces universitarias, que no siempre son La Universidad.

La autonomía no significa  enemistad o enfrentamiento con el Estado, es más relación libre que puede ser de colaboración, de crítica y exigencia y en todo caso, Voz del Pueblo, conciencia del pueblo.

Mi abuela materna que nunca fue a la escuela, nacida el primer año del siglo pasado, viviendo en el campo más lejano cuando supo que había ganado una beca y vendría a estudiar a la UES tenía su juicio y me lo dijo, a ella no le gustaba, creía que la universidad alejaba  al joven de  la familia y le obligaba a dejar su religión.  Ese es un estereotipo creado que a lo mejor subsiste. Como estudiantes, en una ocasión  fuimos a un lugar de Sonsonate a convivir con familias de nuestros pueblos indígenas, los adultos  y jóvenes afirmaban que si estudiábamos en la UES, éramos revolucionarios, ese es otro estereotipo creado.

La UES no le quita a nadie su religión, ni todos los que van a la UES son revolucionarios.  Uno se hace revolucionario dentro o fuera de la UES si quiere y cree en la capacidad y necesidad de cambios y se decide a luchar porque ocurran; entre los maestros universitarios hay de todo, y en el resultado de su obra cual es el desempeño profesional en todos los campos de la vida, la economía, la política, la religión, encontramos de todo. Una cosa si es cierta, la mayoría nos sentimos orgullosos de haber accedido a la Universidad de mayor  edad y prestigio y muchos, muchos revolucionarios pasamos por sus aulas y aprendimos a apreciar los pasos dados por otros que hicieron posible ampliar las oportunidades, de espacio físico, de nuevas carreras, de mayor proyección social, de programas  para que hijos de obreros, de campesinos,  pudiéramos cursar una carrera. Felicidades Universidad de El Salvador, asumamos el reto de  hacer mejor a nuestra patria, más libre como dice su lema: Hacia la Libertad por la Cultura.

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