La sorpresiva información de la evaluación médica forense del ex presidente de la República, cialis Francisco Flores, shop y la decisión del polémico Juez Italmir Levis Orellana, treatment de enviar al ex mandatario a un hospital privado en vez del hospital nacional Rosales, como lo solicitó el director de la Policía Nacional Civil (PNC), generó comentarios negativos y de rechazo de algunos personajes de la vida pública.
El expresidente Mauricio Funes dijo en su cuenta de twitter que la supuesta enfermedad de Flores, una trombosis (coágulo de sangre) en una de las piernas era una “bomba caza bobos”.
El comentario suspicaz del exmandatario Funes está motivado, sin lugar dudas, en una práctica reiterativa de los procesados adinerados, que, para evitar cárcel, se declaran enfermos e inmediatamente son enviados al hospital de la Mujer, entre otros hospitales privados, y de ahí vuelven a sus casas porque recobran la libertad.
En los sectores populares se ha llegado a considerar el hospital como “la cárcel de los ricos”.
Más allá de que en efecto el ex mandatario Flores necesitara una evaluación médica, y de que tenga las condiciones económicas para que fuera a un hospital privado, dado que se trataba de una evaluación de un especialista, que no dura 72 horas, según el Juez y el Director de Medicina Legal, Miguel Fortín, debió hacerse la evaluación en el Rosales, y si ésta indicara que el prisionero necesita un tratamiento de mayor tiempo y tratamiento de urgencia, pues entonces debió llevarse al hospital privado. Y no solo por las condiciones económicas de la familia del ex mandatario Flores, sino, para tener disponible una cama hospitalaria para otro reo con menores capacidades económicas.
Y es que además, por la decisión primera del Juez Italmir Orellana, de favorecer a Flores, al darle arresto domiciliar, a pesar de que anduvo huyendo de la justicia, por más de cuatro meses, no merecía más que la cárcel, como cualquier perseguido por la justicia.
Flores fue llevado a una bartolina de la División de Antinarcóticos (DAN), gracias a la presión popular, que obligó a una Cámara de lo Penal a revocar la decisión del juez Orellana.
Por cuestiones humanitarias, lo menos que podemos desear es que la trombosis no se le agrave, y que una vez superada su situación de salud, vuelva a la DAN, hasta que se le realice la audiencia de instrucción por los delitos de peculado, entre otros, por el mal manejo de una millonaria donación del Gobierno de Taiwán.