@GloriaCoLatino
José Armando Sorto conoce muy bien el terreno y temperamento del volcán Chaparrastique. Desde sus 5 años de edad, buy viagra ha subido fielmente junto a su familia a las cortas de café que le han permitido acercarse al cráter del coloso migueleño, advice que se mantiene en actividad en los últimos meses.
La erupción del 29 de diciembre de 2013, ampoule a las diez de la mañana, ha cambiado de forma permanente su vida y de las comunidades que residen en los contornos del volcán, “no voy a poder jamás olvidar el ruido, las nubes oscuras y los gritos de la gente”, dijo.
“Estaba a menos de un kilómetro del cráter en las cortas de café, cuando de repente se oyó un estruendo y se oscureció el cielo, se miraba raro lleno de nubes oscuras como que iba a llover… y se vino un ruido como lluvia, pero eran las piedritas que venían para abajo bien rápido y en ese momento la gente comenzó a correr y a gritar, en la carrera olvidaron la comida, los canastos con el café y unas señoras se pusieron tan mal, que hasta dejaron a sus niños cuando bajaban corriendo, aunque regresaron a traerlos”, recordó.
José Armando es estudiante del Instituto Nacional Federico GarcíaPrieto, del Caserío Las Placitas, cantón El Conacastal, Chinameca, San Miguel, y junto a sus compañeros han recibido capacitaciones por la Comisiones Comunales de Protección Civil y el Ministerio de Educación que trabajan en combinación con la Unidad Ecológica Salvadoreña (UNES).
“Llegamos al caserío Santa Isabel, como 200 personas, pero luego sabíamos que los que tienen vehículo se llevan a los de la comunidad, nos ponemos mascarillas y buscamos un albergue, esa auto-evacuación fue rápida”, relató.
Las capacitaciones se enfocan en fortalecer las acciones encaminadas en preparar correlaciones de actividades para auto evacuaciones, identificación y preparación de vías de escape hacia albergues que permita la protección de las comunidades y su adaptabilidad frente estos fenómenos naturales.
Jorge Herrera, del equipo de la UNES, que junto a las autoridades del Ministerio de Educación, se encuentran formulando líneas generales para la prevención, adaptabilidad y actualización de planes de protección escolar, como “herramienta de gestión”.
“Estamos actualizando estos planes en los centros escolares donde existen y los estamos construyendo donde carecen de ellos, la intención es que, la comunidad, el centro escolar junto a los y las docentes, puedan trabajar de forma integral”, explicó.
La idea de unificar todos los componentes de una comunidad como las iglesias, grupos sociales, autoridades locales, nacionales, ong´s, y donadores extranjeros consoliden sus acciones en el bienestar común y satisfacción de sus necesidades colectivas.
“Estamos elaborando, además, mapas de riesgo, y fortaleciendo a los comités de los centros escolares ya establecidos, así como, dotar de estas herramientas a los que carecen de ellos, esto incluye la atención en las evacuaciones, la atención psico-social, y el abordaje de los desastres desde otra perspectiva, o sea, desde la gestión de riesgo”, afirmó.
La visión de la gestión de riesgo representa las acciones sistemáticas, que se aplican durante el acontecimiento de un desastre y después del hecho, llevándolo al sistema educativo para que se desarrolle de forma global.
Mientras, Luis González, de OIKOS, comentó que el trabajo para implementar esta “gestión de riesgo”, ha permitido capacitar a las comunidades para reaccionar ante el evento volcánico, antes, durante y después.
“Sabemos que la erupción es un fenómeno natural, pero nuestra preocupación inmediata es la ceniza acumulada en el volcán y los deslizamientos que podrían resultar con la estación lluviosa que la esperamos dentro de dos meses, aproximadamente. Agradecemos al Presidente de la República, Mauricio Funes, por todas las acciones que tomaron, y que nos permitió que no se diera ninguna muerte”, manifestó.