César Ramírez
@caralvasalvador
Los jóvenes en nuestra nación son aproximadamente el 59 % con una edad menor a los veintinueve años -según estudios internacionales-, condición que se mantendrá hasta el 2035, no obstante, esta realidad es muy preocupante por las oportunidades a las cuales pueden optar en los siguientes años.
Existen diversas variables que emergen entorno al tratamiento social con oportunidades, según el modelo económico a desarrollar, en este aspecto bajo la nueva administración gubernamental 2019-2024 ¿retornaremos a un modelo neoliberal?, ¿será posible el capitalismo-social?, ¿humanizar al capitalismo? Cualquier respuesta nos conduce a la Historia o la verificación de esa realidad… ¿Existen en este momento naciones imitables en Latinoamérica o el mundo?
Todos los caminos de tratamiento tienen un enorme desafío a vencer: “la violencia en los barrios, colonias, escuelas, zonas residenciales”, puesto que mientras el cáncer de pandillas persista, los jóvenes tendrán pocas oportunidades en su “realización generacional”.
El Informe sobre Desarrollo Humano El Salvador 2018 ¡Soy Joven! y ¿ahora qué? del PNUD y el Consejo Nacional para el Desarrollo Sostenible anota: “2.3 Unir fuerzas: posibles estrategias comunitarias frente a la violencia.
El control de las pandillas en los barrios, las intervenciones violentas de las fuerzas de seguridad y los daños al tejido social comunitario, inciden de manera negativa en el desarrollo de los niños, niñas, adolescentes y personas jóvenes. Disminuyen las oportunidades a las que pueden acceder y como consecuencia, dificultan los procesos sociales que posibilitan la resiliencia. Por lo tanto, disminuyen la posibilidad real de lograr una vida sana y productiva, a pesar de un entorno adverso. La violencia que viven las personas jóvenes en muchas localidades, no solo tiene efectos inmediatos sobre las víctimas, sino que es muy dañina a largo plazo y genera costos económicos, que oscilan entre USD 605 y USD 828.4 millones, un equivalente a un porcentaje de entre 2.4 % y 3.3 % del PIB, los cuales deben ser asumidos por la sociedad” pág. 105. Los planes de seguridad nacional entorno a este problema son decisiones cotidianas para los gobernantes, han avanzado en el tratamiento y represión del crimen organizado, muchas estructuras han sido destruidas, el sistema penitenciario ha sido renovado, los programas “Yo Cambio”, tienen excelentes resultados, pero aún permanecen organismos delincuenciales en el tejido social, es necesario continuar con el esfuerzo iniciado años anteriores.
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