Hay algunos indicios de parte de los grupos criminales llamados pandillas o maras, que van a impulsar sus ataques en contra de la autoridad pública. Sin lugar a dudas, tales propósitos son una respuesta al accionar policial, Fuerza Armada y Fiscalía, que han asestado duros golpes a la criminalidad organizada.
Hasta la fecha suman 44 policías asesinados y 22 soldados del Ejército Nacional, lo que demuestra, por un lado, el grado de operatividad de las autoridades de seguridad pública, y por el otro, la agresividad de los grupos criminales.
Es de hacer notar que la mayoría de agentes de seguridad y soldados no han muerto en “enfrentamiento” contra los pandilleros, sino, que estos han sido sorprendidos saliendo de sus hogares o yendo hacia ellos, es decir, cuando ya no están en servicio.
Este dato es importante, porque, demuestra que los grupos delincuenciales no tienen la capacidad de enfrentar directamente a las patrullas policiales, y cuando lo han hecho, el poder de fuego ha sido favorable para la autoridad.
Obviamente, es de lamentar las muertes de nuestros policías y soldados, como la más reciente, cuando un grupo de una de las pandillas, utilizando fusiles Ak y M16, sorprendió al Sub Inspector Lorenzo Antonio Rojas, cuando salía de su casa de habitación junto a su hijo y esposa, en la que murió también el joven, mientras que la esposa resultó lesionada.
Ante estos hechos, y ante las amenazas vertidas por los delincuentes, creemos que es urgente atender el llamado de las autoridades de seguridad, en el sentido de que ya es tiempo de “unirnos todos los sectores sociales y políticos en una muralla contra la delincuencia y darle respaldo a las fuerzas de seguridad”.
Se necesita de una cruzada cívico nacional contra la delincuencia. Lo que implica que todos los sectores debemos manifestar apoyo a las fuerzas de seguridad y rechazar la amenaza de la delincuencia.
Nadie tiene derecho a esconderse en las diferencias políticas-partidarias en el tema de la seguridad, pues la delincuencia amenaza a todos.
Hay que seguir respaldando a nuestro Gobierno para que tenga los fondos suficientes, para las medidas de prevención de violencia y de inclusión social, que es el camino de largo plazo para derrotar la delincuencia en el país.
Hay que respaldar también las acciones represivas de nuestras autoridades, en la actual coyuntura, pues es necesaria, alentando siempre el estricto cumplimiento a los derechos humanos.
Es necesario, además, que los medios de comunicación no enfoquen noticias sobre la violencia, solo en los resultados de la violencia y represión, sino también las relacionadas a la prevención.
Los medios de comunicación deberían lanzar una campaña mediática casi permanente para neutralizar el miedo que quieren sembrar los grupos delincuenciales. Recordemos que una cosa es informar y otra es ser caja de resonancia de las acciones de los delincuentes.
Los medios deberían de informar sobre violencia y crímenes con moderación. De lo contrario afectan la salud mental colectiva de los salvadoreños. Creemos que debería revivir el esfuerzo de MeUno, para contrarrestar el miedo y generar esperanza en la población salvadoreña.