Rosmeri Alfaro
@RosmeriAlfaro
La inventiva y el rescate de la identidad de los territorios que conforman la red: Un pueblo Un producto, fue lo que motivó a la Universidad en Economía de Japón a otorgar becas a emprendedores salvadoreños.
La próxima semana viajarán los primeros 2 de 10 profesionales, que serán beneficiados con becas completas para cursar una maestría en administración, y participar en programas especiales, entre estos el de pasantía en proyectos de desarrollo económico local en Japón.
El programa: “Un pueblo, Un Producto, El Salvador” ha sido impulsado desde 2010 por la Comisión Nacional de Micro y Pequeña Empresa (CONAMYPE), a fin de promover el desarrollo económico local a través de procesos que generen capacidades comunitarias, emprendedoras y empresariales, a partir del potencial de los recursos locales.
Cabe destacar que el movimiento nació en Japón como un proceso de reactivación y transformación, luego de la segunda guerra mundial. Este busca promover el aprovechamiento de los recursos locales a través de procesos de desarrollo endógeno, elevando las capacidades comunitarias en función de mejorar la calidad de vida de sus habitantes.
Ricardo Segovia y Pedro Hayem, han sido los dos seleccionados para viajar a la nación asiática, estudiar administración y compartir experiencias con emprendedores participantes de Un pueblo, Un producto en Japón. Los dos participantes del Centro de Desarrollo de Micro y Pequeñas Empresas (CDMYPE), serán exonerados de todos los costos académicos, pero deberán asumir el compromiso de trabajar por lo menos tres años apoyando el movimiento.
En su visita a El Salvador, la presidenta de la Universidad en Economía, Asuka Tsuzuki compartió con microempresarios de Ilobasco, uno de los 96 municipios que implementan el movimiento Un pueblo, Un producto, en el país. La titular destacó la participación de jóvenes en la fabricación de productos identitarios y que al igual que en Japón, el 99 % de las empresas son pequeñas y medianas empresas.
Tsuzuki, subrayó que es necesario que el gobierno facilite microcréditos, pero de largo plazo y con bajos intereses, así como más asesoramiento técnico.
“Si hay microcréditos, pero son de corto plazo y alto interés (…) también existe el Organismo Promotor de Exportaciones e Inversiones de El Salvador, pero debe ser más accesible a los micro y pequeños emprendedores para que puedan vender sus productos fuera del país”, detalló.
Un Pueblo, Un Producto contempla tres principios filosóficos: que el producto posea el potencial necesario para su comercialización a nivel nacional e internacional, implementar al máximo las capacidades de los actores locales involucrados, y la coordinación y participación entre el gobierno central, local, academia, sector privado, productores y asociaciones que dinamizan la economía territorial.
Sin embargo, Asuka Tsuzuki, señaló que debe ser fortalecido el trabajo conjunto entre gobierno central, municipalidad y emprendedores a través del movimiento, para que pueden ser creadas actividades locales que contribuyan a la economía nacional.
Este aspecto también es destacado en el libro: “Unión de los pueblos por el Movimiento un pueblo Un producto”, desarrollado por la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA) y la CONAMYPE.
En el estudio destacan la participación “notable”, de mujeres y los jóvenes, pero afirman que aún se espera el apoyo de la municipalidad. “Se necesita sensibilizar para ellos logren comprender la dimensión del movimiento”.
Según la CONAMYPE, la estrategia implementada desde 2009, busca que los habitantes en cada territorio se conviertan en actores dinámicos, determinantes para la construcción de soluciones de sus problemas, la promoción del adelanto productivo y el fomento de la equidad.
“Un Pueblo Un Producto expone la identidad, cultura, sentido de pertenencia entre los pueblos, así como el desarrollo de creencias y valores, tras descubrir los tesoros de la comunidad, generando la mejora en la calidad de vida en la comunidad, activando la economía local”, expuso la Comisión Nacional.
Aseguró que a nueve años de estar en ejecución: Un Pueblo Un Producto, existen experiencias exitosas en diferentes territorios que muestran claramente la efectividad de la estrategia en cuanto a la generación de ingresos, de fuentes de empleo y en la producción de nuevos productos con valor agregado.