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La comisión de difusión del programa ¨Una mesa común entre todas y todos¨ pide la creación de la Universidad Nacional Padre Rutilio Grande. Foto Diario Co Latino/Juan Carlos Villafranco

Universidad Nacional Rutilio Grande, un sueño posible en favor de la juventud

Yanuario Gómez
@DiarioColatino

Cada año, en momentos en que se inicia el período escolar, se evidencian varias deficiencias del país en cuanto a cobertura educativa, tal es el caso de la Educación Superior, ya que a nivel público solo se cuenta con un centro de estudios superiores como la Universidad de El Salvador (UES).

Según datos del Ministerio de Educación, cerca de 50 mil jóvenes solicitan ingresar a la UES anualmente, de los cuales unos ocho mil son admitidos, lo que ha generado preocupación en varios sectores de la sociedad.

Este es el caso de la Mesa Común para todos, una iniciativa de la que son parte ciudadanos comprometidos con el desarrollo del país, profesionales en distintos rubros, campesinos, organizaciones no gubernamentales, madres de familia, quienes unidos por una sola preocupación, el acceso a la educación de los jóvenes plantean la creación de la Universidad Nacional Padre Rutilio Grande.

“Hemos visto la necesidad de que en El Salvador se cree una segunda universidad, somos el único país en Latinoamérica que cuenta con una sola universidad pública, la creación de otra es evidente por varias razones, una de ellas es la grave situación de violencia que enfrentamos, además de como se ha dicho anteriormente la insuficiente capacidad de la UES para admitir a más estudiantes”, dijo Felipe Ortiz, miembro de la Mesa Común.

Según Ortiz, en la medida en que la Educación Superior sea una posibilidad real para la mayoría de la población, se superan de forma segura y pacífica los problemas sociales que afectan al país, como la violencia, desigualdad social y económica entre otros.

Para quienes abanderan esta iniciativa, la Universidad Nacional Padre Rutilio Grande, además de ser una apuesta por la prevención de los problemas antes mencionados, pondrá énfasis en la formación agropecuaria y agroindustrial, como eje del desarrollo productivo del país para lograr la soberanía alimentaria.

Además, tendrá una visión humanista y memoria histórica que ofrezca un encuentro con las raíces espirituales y culturales de la población.

“Cualquier inversión en educación redundará tanto en prevención de violencia como en el desarrollo equitativo del país, esto es un clamor y una necesidad que la población expresa diariamente, por ello tenemos unas 31 mil firmas de personas que apoyan este proyecto y solo esperamos que el proyecto de ley sea aprobado por los diputados para iniciar las gestiones de financiamiento para la construcción de la universidad”, manifestó Morena Fernández, integrante de la Casa de Todas.

El anteproyecto tiene dos años de haber sido entregado en la Asamblea Legislativa, por lo cual los miembros de la Mesa Común piden que se agilice su aprobación ya que hay varios organismos internacionales que están dispuestos a brindar respaldo financiero.

De materializarse este sueño, la Universidad Nacional Padre Rutilio Grande, además de ser pública y gratuita, ofrecería 62 carreras, en facultades como: Agricultura y Ciencias de la Naturaleza, Ciencias Sociales y Humanidades, Ingeniería y Arquitectura, Jurisprudencia, Ciencias Económicas, Arte y Cultura; con un cupo inicial de 12 mil alumnos.

¿Por qué  el nombre Rutilio Grande?

El padre Rutilio Grande fue un sacerdote Jesuita que nació el 5 de julio de 1928, en El Paisnal y fue asesinado el 12 de marzo de 1977, en la calle que lleva de Aguilares a El Paisnal, cuando se dirigía a oficiar una misa en el marco de la Novena de San José, que era la preparación de las Fiestas Patronales del municipio.

El asesinato fue perpetrado por elementos de la Guardia Nacional, que integraban los “Escuadrones de la Muerte”, que cegaron la vida de miles de salvadoreños y salvadoreñas. Cobró ese día también, la vida de Manuel Solórzano de 72 años y Nelson Rutilio Lemus, de 16 años, feligreses que le acompañaban.

El asesinato de Padre Rutilio Grande fue trascendente, y marcó un cambio en la dimensión  pastoral del Arzobispo de San Salvador, Monseñor Oscar Arnulfo Romero, quienes fueron amigos cercanos. Y fiel a sus convicciones, el Beato Romero anunció luego del crimen, que no asistiría a ningún acto oficial de Gobierno sino era investigada a fondo la muerte de Rutilio y sus acompañantes.

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