Por Fanny CArrier
Roma/AFP
Unos 146 migrantes se encuentran desaparecidos tras un nuevo naufragio frente a las costas de Libia, según relató este miércoles a la ONU el único sobreviviente, un joven gambiano rescatado por casualidad en el mar Mediterráneo.
El adolescente, que zarpó el domingo o el lunes de Sabrata (noroeste de Libia), fue socorrido por un buque militar español de la operación europea ‘Sophia’ contra las redes de tráfico de personas y hospitalizado durante la noche en Lampedusa, la isla italiana más cercana a las costas africanas.
Según su relato a un representante de la Agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR), que fue a visitarlo al hospital, había entre los pasajeros a bordo de la embarcación cinco niños y varias mujeres embarazadas. Los pasajeros provenían esencialmente de Nigeria, Gambia y Malí.
Tras varias horas de navegación, la embarcación empezó a hacer agua. Varios barcos libios y tunecinos se acercaron pero ninguno socorrió a los migrantes, que terminaron por hundirse.
El joven migrante explicó que sobrevivió agarrado a un bidón de gasolina.
Según los primeros elementos recogidos por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), el gambiano fue localizado casi por casualidad por el buque español y posteriormente transferido a una lancha de los servicios guardacostas italianos que lo condujeron hasta Lampedusa.
«Ello demuestra que quizá haya naufragios de los que nunca sabemos nada, porque las embarcaciones se hunden sin dejar rastro», declaró a la AFP Flavio di Giacomo, portavoz en Italia de la OIM.
Al menos 590 migrantes murieron o desaparecieron cerca de las costas de Libia en lo que va de este año, según un balance de la OIM establecido antes de este naufragio, mientras que las autoridades italianas registraron más de 23.000 llegadas a sus costas.
Lanchas vacías
La semana pasada, la ONG española Pro-Activa Open Arms descubrió dos lanchas vacías y en parte hundidas, lo que puede indicar que hubo decenas de desaparecidos, pues los traficantes suelen ubicar hacinadas a 120 o 140 personas, y a veces más, en estas precarias embarcaciones.
El balance de la OIM no contabiliza a estos desaparecidos, pues estima que al menos una de las lanchas pudo ser la que naufragó la víspera en aguas libias, dejando 54 sobrevivientes y 66 desaparecidos.
El riesgo de estas travesías no frena este tipo de viaje: los guardacostas italianos anunciaron haber coordinado el rescate de más de 1.100 migrantes, entre el martes y el miércoles por la mañana frente a las costas de Libia.
Según las ONG, esta aceleración de las salidas se debería a la degradación de las condiciones de vida de los migrantes en Libia, y al temor -avivado por los propios traficantes- de un próximo cierre de esta ruta marítima hacia Europa.
Italia busca reforzar su cooperación con Libia, para que los migrantes sean interceptados antes de llegar a aguas internacionales y llevados a campos de refugiados antes de ser repatriados a sus países.
Esta estrategia suscita inquietudes entre las organizaciones de defensa de derechos humanos, que denuncian las espantosas condiciones en Libia para los migrantes del África subsahariana, y recuerdan que 40% de los que llegan a Italia obtienen asilo por razones humanitarias.