Por Pamposh Raina
Dibrugarh/AFP
Cerca de 814 millones de indios comenzaron a votar el lunes en las mayores legislativas del mundo que podrían llevar al poder a la oposición nacionalista hindú en un contexto de poco crecimiento, pharmacy corrupción y disturbios religiosos.
Los electores de seis circunscripciones de Asam y Tripura, viagra sale dos pequeños Estados enclavados en el noreste y a menudo olvidados por el poder político, cialis fueron los primeros en votar el lunes.
Vilati Tati, de 70 años, después de una vida de duro trabajo en una de las plantaciones de té de Asam, se resignó a votar por el Congreso (en el poder), a pesar de sus reproches contra el partido de la familia Gandhi.
«Yo voté por la mano», declaró a la AFP, refiriéndose al símbolo político del partido, tradicionalmente fuerte en ese Estado.
«Los trabajadores de las plantaciones siempre votaron por el Congreso», explicó.
Esta lealtad primó sobre todas las otras consideraciones, y pese a las numerosas decepciones frente al poder político. Después de 50 años de un trabajo que degastó su organismo, esta mujer no tiene jubilación ni atención médica.
El jefe del partido nacionalista hindú Bharatiya Janata Party (BJP), Narendra Modi, ha centrado su campaña en la creación de empleo y las inversiones.
Sin embargo, tiene que superar los recelos que suscita en una parte de la población su personalidad seca y su actitud durante los disturbios que ensangrentaron en 2002 el Estado de Gujarat, cuyo gobierno preside desde 2001.
Más de 1.000 personas, en su mayoría musulmanes, murieron en un brote de violencia poco después de su llegada al gobierno, aunque la justicia no le ha interpelado.
Aunque en la campaña ha obviado hablar de tensiones comunitarias, éstas se han ido imponiendo en los últimos días.
«Allá donde va esta gente (del BJP), crea conflictos. Enfrentan a los hindúes contra los musulmanes», dijo el domingo Rahul Gandhi, el candidato del Congreso.
Un allegado de Modi, Amit Shah, es sospechoso de haber instado a los electores a «vengarse» en las urnas en un discurso en la región de Uttar Pradesh donde la violencia religiosa dejó 50 muertos el año pasado.
Modi exhortó el domingo a los electores a darle la mayoría en el parlamento, ya que los sondeos vaticinan que tendrá que aliarse con otros partidos para conseguir la mayoría de los 543 escaños de la cámara baja.
«Necesito vuestro apoyo para un gobierno fuerte, lo que quiere decir no menos de 300 escaños en la Lok Sabha», la cámara baja del parlamento, dijo.
Las promesas de Modi
En un desafío logístico sin precedentes, el maratón electoral se realiza en nueve etapas hasta el 12 de mayo para permitir a los electores que depositen su papeleta en las urnas instaladas en casi un millón de colegios electorales situados desde las faldas del Himalaya hasta el sur tropical.
Los resultados se darán a conocer el 16 de mayo.
En Asam, un bastión del Congreso, varios electores decepcionados confesaron a la AFP que se sienten atraídos por las promesas de Modi para mejorar las infraestructuras, el empleo y luchar contra la corrupción.
«Mi esposa tiene un diploma y sin embargo está en casa, sin empleo. El Congreso no nos ha aportado nada», dice Nirmal Pal, un mecánico de automóviles en Dibrugarh.
Tras un crecimiento medio del PIB de entre el 8% y el 10% a lo largo de una década, la economía india solo creció un 6,2% en 2011-12 y un 5% en 2012-13.
Si India fuese dirigida por Modi, un acérrimo nacionalista, podría ser más intransigente en política exterior, según los analistas, aunque trataría de estabilizar sus relaciones con Estados Unidos.
Tras los disturbios de 2002, Narendra Modi se convirtió en persona non grata en Europa y Estados Unidos, aunque han vuelto a reanudar el contacto cuando empezó a despuntar en los sondeos. La embajadora estadounidense lo visitó en febrero.
Contra Modi, el Congreso presenta a Rahul Gandhi, de 43 años y heredero de la dinastía Nehru-Gandhi, en su primera batalla electoral a nivel nacional en condiciones difíciles.
Rahul, un hombre reservado, nunca ha sido ministro y durante largo tiempo huyó de la política. Muchos analistas predicen que llevará al Congreso a su peor resultado de la historia.