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URGE QUE LOS FANÁTICOS DEL DICTADOR DESPIERTEN: La Corrupción de los Diputados Cianes es Solo la Punta del Iceberg ‼️

Por David Alfaro

En un sorprendente despliegue de descaro y corrupción, la administración del dictador Bukele ha demostrado que, en la política, los principios y la ética están tan ausentes como las obras prometidas. Tras el último escándalo, donde se destapó que los diputados del régimen disfrutaban de un festín de privilegios y hasta pagos extra que ascendían a $14,500 mensuales, la reducción a $11,500 por mes dictada por el Dictador parece más un ajuste cosmético para evadir las críticas.

El control total del dictador sobre sus diputados es evidente. No solo les proporciona un arsenal de beneficios desproporcionados, sino que además vigila sus actividades al mantenerlos bajo escucha telefónica y dictando cada palabra que pueden pronunciar. Esto se agrava con la eliminación del fuero a dos diputados que se atrevieron a criticarlo, ejemplificando cómo Bukele controla y somete a sus diputados quienes son sus rehenes.

No es que los $4,500 mensuales de salario base no sean ya una afrenta al sentido común, pero el paquete adicional de $14,500, más vales de gasolina, viáticos, autos blindados, chofer y guardaespaldas, supera el concepto de abuso de poder. Es un auténtico banquete de corrupción, servido en la mesa del poder, mientras 1,500 empleados legislativos, que en muchos casos son amigos y familiares de los diputados, mantienen la maquinaria de clientelismo en marcha.

Pero la joya de la corona de esta pantomima política es la actitud de los fanáticos del dictador, los denominados «Focas». Estos entusiastas del régimen, que aplauden y justifican cualquier desatino con la misma fervorosa devoción que las focas en los circos, ahora dicen sentirse «defraudados» por «sus» diputados cianes.

La ironía aquí es inverosímil: condenan a sus diputados por seguir el ejemplo de un dictador que, como por arte de magia, ha hecho desaparecer $11,000 millones en préstamos internacionales y ha instaurado un velo de siete años sobre la rendición de cuentas (compras, gastos y contrataciones).

Los ministros y presidentes de autónomas también están implicados en este esquema, contribuyendo al saqueo y al desvío de recursos. Entonces la corrupción, en su forma más pura, emana desde CAPRES. En lugar de cuestionar la raíz del problema, es decir, el mismísimo Bukele, las Focas se limitan a condenar a «sus» diputados mientras exoneran al Dictador de toda culpa. Es un reflejo de la ceguera colectiva que permite que la corrupción se expanda como un cáncer.

 

En resumen, si bien es necesario condenar la corrupción de los diputados cianes, es imperativo hacerlo en el contexto del régimen corrupto que Bukele mismo encabeza. Los fanáticos del dictador deberían, quizás, hacer un esfuerzo por abrir los ojos y darse cuenta de que la corrupción no es solo un rasgo distintivo de «sus» diputados, sino también del dictador que los controla. La necesidad de un cambio es tan evidente que hasta las Focas deberían comenzar a ver la realidad que han estado aplaudiendo sin cuestionar.

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