Alberto Romero de Urbiztondo
@aromero0568
Uruguay, es el país latinoamericano en el que la laicidad del Estado está mejor garantizada y más consolidada, formando parte de la identidad de la sociedad uruguaya, siendo el primer estado plenamente laico en toda Latinoamérica y el tercero del continente. En 2019 celebraron los 100 años de la entrada en vigor de la Constitución de 1918, que en su Arti. 5 declara: “Todos los cultos religiosos son libres en el Uruguay. El Estado no sostiene religión alguna”.
Algunos antecedentes que lo posibilitaron fueron la relativamente débil presencia colonial en su territorio, Montevideo fue fundada hasta 1730, como una plaza militar para controlar los ríos de la Plata y Uruguay, donde había una fuerte navegación comercial, con la presencia de personas de diversas culturas y religiones. La iglesia católica tuvo poca presencia y arraigo y la llegada de extranjeros introdujo otras religiones, la masonería y el espíritu de la Ilustración.
A inicios del siglo XX hubo un sostenido proceso de construcción del marco constitucional y legal para garantizar el carácter laico del Estado. En 1903 se eliminó la invocación a dios y los evangelios en los juramentos de cargos públicos, en 1906 se quitaron los crucifijos en las escuelas y hospitales públicos. En 1907 se aprobó el divorcio y en 2013 se permitió a las mujeres disolver el vínculo sin aval de sus cónyuges. En 1909 se suprimió la enseñanza religiosa en la educación pública.
Tuvo también un fuerte carácter simbólico con la Ley de secularización del calendario oficial, de 1919. Cambiando nombre y significado de días festivos arraigados en la sociedad, por ejemplo, la conocida como Semana Santa, se convirtió en Semana del Turismo o la Navidad en Fiesta de la Familia.
La sociedad uruguaya ha incorporado la laicidad como una de las características distintivas de su identidad nacional, que conjuga la libertad, la igualdad y la tolerancia. Ello le ha permitido la aprobación de leyes que amplían la garantía de derechos a todas las personas: En 2011 aprobó el derecho a interrumpir el embarazo en las primeras 12 semanas y en 2013 la Ley de matrimonio igualitario.