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@JoakinSalazar
Faltaban 20 minutos para las ocho de la noche, era un día previo al fin de año, en el parque Gerardo Barrios, unos metros al Sur del kilómetro cero de San Salvador, el lugar era propicio para pláticas irrelevantes o probablemente consertar una cita para sexo ocasional.
La oscuridad de la noche cubría a los asistentes, un promedio de cien personas, distribuidas en todo el parque, cuya característica común era buscar un poco de compañía o una amena plática.
José T., de 27 años, se sentó en una banca, tratando de apartar su mente del ajetreo diario, pero, sorpresivamente a los cinco minutos de estar ahí, un hombre joven, moreno y de apariencia humilde se sentó juntó a él.
Sin importar la presencia policial, ni mucho menos la presencia de niños y niñas que entre juegos quemaban pólvora en el lugar, el humilde hombre inició con una conversación con José que terminó en insinuación sexual.
“Un rato de placer”, fue la propuesta que José recibió del hombre que se identificó como “Bryan”. Este hombre forma parte del sector informal de trabajadores del sexo que se ubican a lo largo de la capital salvadoreña en parques y centros comerciales, donde su propósito es ofrecer su servicio sexual, independientemente si el cliente es hombre o mujer.
“No te vas arrepentir, hasta ahorita nadie se ha quejado, me gusta complacer”, dijo Bryan al querer conquistar a José. Su insinuación iba más allá que una relación íntima normal, ya que proponía “sexo descontrolado”, algo que es común para quienes ofrecen este servicio.
Miles de salvadoreños se dedican a este tipo de actividades, poniendo en riesgo su salud y su vida, al no encontrar opciones que solventen su sobreviviencia, como un empleo digno. A Bryan, algunas de las razones que lo motivaron para optar por esta vida fueron el abandono, falta de estudio y oportunidades.
En la conversación Bryan dijo provenir de Ciudad Delgado, y aunque no es muy asiduo a los parques, ya que solo lo hace cuando “surge el deseo y las ganas”, evidencia un total riesgo a las enfermedades de transmisión sexual.
Ante esta situación, surge la pregunta ¿cuántas de estas cien personas que están en el parque se encontraban en la misma situación en la búsqueda de un rato de placer? Y ¿cuántas utilizan condón?. Para Bryan la utilización del condón depende de lo que el cliente quiera “Sólo si tu quieres, porque no me gusta”.
En El Salvador y en el mundo las Enfermedades de Transmisión se Sexual (ETS) son mayormente trasmitidas al no tomar medidas de prevención, sobre todo en la población de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transexuales, Transgénero e Intersexuales (LGBTI), quienes son propensos a ser personas más activas sexualmente; además de las Trabajadores del sexo y la población sexualmente activa (heterosexual). De acuerdo a datos de la Asociación Pasmo de El Salvador, el 10.8% de la población de Hombres que tiene sexo con hombres –como es el caso de Bryan- es portador del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH).
No obstante, hay otros sectores en riesgo como los heterosexuales, Trabajadores del Sexo que según datos el 5.7% de la población es portadora, como también la población Transgénero con el 23%.
Hasta el 2015, en El Salvador se reportan 19 mil personas vivas portadoras del VIH, solo en el mismo año se reportaron 1,191. Del total el 62.5% es hombre y el 37.7% es mujer.
Ante estos datos, aún existe temor de parte de la población sexualmente activa, lo que impide que se haga el examen para detectar si es o no portador del Virus, el cual puede hacerse de forma gratuita en centros asistenciales y hospitales de todo el país, como también en otras entidades que luchan por la prevención del VIH.
Para la transmisión del VIH existe la vía sexual, a través de relaciones sexuales vaginales, anales y oral es sin protección. esto representa el 90% de la forma obtener el virus, sin embargo, otras formas de transmisión de Intra Utero, al momento del parto y en el post parto. También transfusiones sanguíneas y el uso de jeringas en drogodependientes.
Asimismo, las formas más comunes y efectivas de prevención son la reducción de parejas, fidelidad mutua, el uso correcto del condón y principalmente la abstinencia, método efectivo que utilizó José T.
Ya pasaba las ocho de las noche, que pese a la insistencia de Bryan por visitar un hospedaje cercano, José T. se negó a su petición y se retiró disculpándose e invitando a Bryan a tomar sus precauciones al momento de buscar su “rato de placer” que puede costarle la vida y la integridad de muchos otros.
