USS aboga por buena relación y diálogo con el gobierno

Alma Vilches
@AlmaCoLatino

En la marcha del Día Internacional de la Clase Trabajadora, la Unidad Sindical Salvadoreña (USS), que aglutina a varias organizaciones sindicales, la mayoría de instituciones gubernamentales, hizo un llamado a la construcción de una buena relación entre el gobierno y el movimiento sindical, con un “enfoque de respeto mutuo”.

“Con algunos funcionarios ha existido una falta de diálogo social con la clase trabajadora, criminalización del movimiento sindical, irrespeto a los contratos colectivos de trabajo, dijo Edwin Ortez, representante de la USS”.

“Hay una crítica hacia los funcionarios que actúan en contra de los sindicatos, pero al mismo tiempo reconocemos y apoyamos las transformaciones que está liderando el presidente Nayib Bukele”, agregó Ortez.

Además, abogó por sostener un diálogo permanente en un marco de transparencia, respeto y reconocimiento mutuo con el gobierno, a fin de mejorar las condiciones laborales de los trabajadores salvadoreños, lo cual es una misión compartida.

Consideró que algunos elementos siguen siendo deudas y deben ser abordados en el segundo mandato del presidente de la República, Nayib Bukele, entre ellos, una apuesta estratégica para el fortalecimiento económico con el enfoque de generar empleo.

“Confiamos que el ambiente de seguridad creado y la imagen del país proyectada por el presidente, sean factores determinantes para el impulso de la economía, también es necesario implementar medidas para mejorar el poder adquisitivo de la economía salarial de los trabajadores”, sostuvo Ortez.

Asimismo, reconoció que el incremento del 20% del salario mínimo en 2021 fue un avance importante, sin embargo, el panorama económico internacional ha impactado negativamente el poder adquisitivo de los trabajadores.

Los precios de los alimentos han aumentado un 30% haciendo, que muchas familias estén en dificultades para cubrir sus necesidades básicas, agregóo.

Después de 138 años de la sangrienta represión de los obreros en la fábrica McCormick, de Chicago, Estados Unidos, existen empresas privadas e instituciones gubernamentales que no respetan los horarios en diversas jornadas laborales, esto se evidencia especialmente en sectores como empresas de seguridad, limpieza, call center, construcción, maquilas, recolección de cosechas y algunas alcaldías municipales, reconoce la USS.

En El Salvador han ocurrido numerosas gestas lideradas por el movimiento sindical, laboral y estudiantil que han resultado en un logro significativo, como incrementos salariales, las jornadas laborales de 8 horas, el Código de Trabajo y la no privatización de la salud.

 “En esta fecha tan importante como es el primero de mayo cuando se conmemora el Día Internacional de la Clase Trabajadora, queremos honrar a todas las personas que ofrendaron sus vidas en la lucha de los derechos de la clase trabajadora, como los mártires de Chicago quienes buscaban el establecimiento de una jornada laboral de 8 horas”, sostuvo el representante de la USS.

A la vez, exhortó a unirse a la valiente lucha de aquellos hombres y mujeres cuyos nombres han quedado registrados en la historia, así como también a los cientos que perdieron la vida en el anonimato, su legado es inspiración y compromiso a continuar con la defensa de condiciones laborales dignas para todos.

Destacó las medidas de seguridad implementadas en la lucha contra la delincuencia, librando al país del flagelo de las pandillas que por tantos años llevaron dolor y luto a toda la familia salvadoreña.

Sin embargo, el Movimiento de Trabajadores Despedidos (MTD) denunció los despidos ilegales e injustificados del presidente Bukele, quien durante estos 5 años ha cesado de sus puestos a más de 20,000 trabajadores públicos, de los cuales 13,536 corresponden a 45 dependencias de gobierno, 4,444 en 60 alcaldías y 2,550 en la Asamblea Legislativa.

Mientras tanto, otras organizaciones sociales recalcaron que durante el combate a los grupos delincuenciales, a través del Régimen de Excepción, miles de personas han sido capturadas arbitrariamente y permanecen detenidas, dejando a sus familias en condiciones de más pobreza, ya que en muchos de los casos eran la única fuente de ingresos en sus hogares.