La Paz / AFP
Raúl Burgoa
El Senado de Bolivia, donde el partido del expresidente Evo Morales posee mayoría plena, tiene en sus manos la misión de estructurar un gobierno provisional, tras la renuncia del mandatario y de las demás autoridades que formaban la cadena de sucesión constitucional.
La Constitución boliviana establece que la sucesión recae inicialmente en el vicepresidente, luego en el titular del Senado y después en el titular de la Cámara de Diputados, pero todos ellos renunciaron con Morales.
El principal escollo para elegir al sucesor provisorio de Morales es que los opositores que presionaron por su renuncia no tienen los senadores necesarios para instalar una sesión en la cámara alta.
En ese órgano legislativo el Movimiento Al Socialismo (MAS, el partido de Morales) cuenta con 25 senadores frente a 11 pertenecientes a una variopinta oposición.
Para elegir presidente provisorio el Senado tiene que reunir primero quórum, es decir, de acuerdo a su reglamento interno, la mitad más uno de los 36 senadores, es decir 19 legisladores.
La idea de los abogados del movimiento civil que presionó la salida de Morales, como el constitucionalista Luis Vásquez, es instalar la sesión y «en tiempos de crisis, como estamos viviendo, la sucesión se aplica ipso-facto al siguiente, no necesita ni de una ley ni de una resolución basado en un principio de continuidad».
Como «no puede existir vacío» de poder, lo que corresponde es que «directamente» debe asumir la senadora Jeanine Añez, que forma parte de la oposición a Morales, como presidenta del Senado y, consecuentemente, como presidenta de Bolivia, según el concepto de sucesión constitucional.
Añez reivindicó su derecho a asumir la presidencia de Bolivia.
«Ocupo la segunda vicepresidencia y en el orden constitucional me correspondería asumir este reto con el único objetivo de llamar a nuevas elecciones», afirmó en entrevista a la televisora privada Unitel.
La dimisión del vicepresidente Álvaro García; de la presidenta del Senado, Adriana Salvatierra; y del titular de la Cámara de Diputados, Víctor Borda, provocó evidentemente un vacío de poder en el país.
La incógnita de quién sucederá en la presidencia a Morales podría tardar en ser develada, como están puestas las cosas.
– Legisladores «deben autoconvocarse» –
El abogado constitucionalista Williams Bascopé, también cercano al movimiento civil que impulsó las protestas, tiene otra lectura, pero que apunta a lo mismo. Para él, el Senado debe buscar una solución eligiendo primero a los nuevos jefes de ambas cámaras.
«Como hay ausencia de presidente de los senadores y diputados, tienen que autoconvocarse inmediatamente los diputados y senadores, tienen que elegir sus presidentes», dijo el abogado a la prensa el domingo.
La presidencia de Bolivia podría ser ocupada interinamente por un senador, elegido en un acuerdo de los partidos políticos y los movimientos civiles que han impulsado las protestas.
Sea quien sea, el presidente provisional deberá organizar un gabinete de consenso y llamar a elecciones en un plazo de 90 días, según la Constitución.
La dimisionaria titular del Senado, Adriana Salvatierra, dijo el domingo a la televisión que «tiene que construirse una ruta institucional que permita reorientar el marco de funcionamiento» del Congreso y «también la conducción del Estado de forma transitoria».
La sesión para escoger nuevos jefes del legislativo será llamada seguramente por el decano de alguna de las cámaras, probablemente este mismo lunes o «lo más pronto posible», indica Vásquez.