@arpassv
El hecho más llamativo de la jornada electoral del pasado 1º de marzo es la postergación de los resultados oficiales, viagra debido a las fallas en el sistema de transmisión de la empresa contratada por el Tribunal Supremo Electoral (TSE). El Tribunal decidió ayer suspender el escrutinio preliminar y centrarse de una vez en el conteo final que culminará la próxima semana.
Se sabía que –a diferencia de los procesos electorales anteriores– esta vez el conteo sería lento debido a la implementación de las diversas formas de votar, buy cialis especialmente la del voto cruzado que fracciona el sufragio porque el elector marca rostros de diferentes partidos políticos. Sin embargo, cialis sale nadie esperaba que semejante falla del TSE pospusiera la divulgación de los resultados finales por más de una semana.
Pero esta falla no constituye ninguna anomalía ni conlleva la posibilidad de alternar los resultados, pues se trata de un error únicamente en el sistema de divulgación: el procesamiento de los datos, que constan en las actas de las Juntas Receptoras de Votos, se ha realizado normalmente. Las posibilidades del fraude que pregonaba ARENA son nulas.
Otro aspecto digno de señalar es la poca participación del electorado: alrededor del 54% de los votantes asistieron a las urnas. Esto posiblemente se debió a dos factores: por un lado, el clima de incertidumbre que propició ARENA, con denuncias de un posible fraude y la campaña sucia que mantuvo hasta el propio día de la elección; y, por otro, la sensación de complejidad y dificultad que se generó con la diversidad de formas de votar.
Respecto de la aplicación del voto por rostro y voto cruzado, debería generarse una profunda discusión sobre cuáles son las reformas que realmente requiere el sistema electoral o qué mecanismos lo harían más representativo y participativo. Si al grueso de electores no le motiva el voto por rostro o el voto cruzado, ¿cuáles son las formas que desearían los votantes?
Las organizaciones que promueven el voto “despartidizado” y Sala Constitucional que pretenden “ciudadanizar” el sistema electoral con sentencias polémicas (y extemporáneas que ponen en jaque las capacidades del TSE), deberían revisar sus propuestas. En vez del voto cruzado, ¿por qué no promover candidaturas distritales, democracia interna en los partidos y vías de participación directa como plebiscito y referendo?
Y un tercer aspecto relevante son los resultados proyectados por los conteos propios de los partidos, ante la falta de datos oficiales: la victoria del FMLN en las alcaldías de San Salvador y San Miguel, el gane de ARENA en Santa Tecla y el triunfo de GANA en alcaldías del interior. En los comicios legislativos parece ratificarse la actual configuración de fuerzas: FMLN y ARENA saldrían parejos y GANA se proyecta como el tercero.