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Vamos todas y todos a la marcha el 26 de marzo

Licda. Norma Guevara de Ramirios
@guevara_tuiter

El Consejo Nacional de Seguridad y Convivencia tuvo la feliz idea de buscar una forma de expresar que la inmensa mayoría de salvadoreños y salvadoreñas, sovaldi purchase estamos dispuestos a aportar a la solución de uno de los más serios problemas que afectan a nuestra sociedad, la violencia y la delincuencia. El Consejo ha señalado con meridiana claridad que comprende la naturaleza multi causal de estos problemas y en sus recomendaciones expresa esta comprensión.  La idea de la manifestación fue tomando forma y se estableció el 26 de marzo.

La Asamblea Legislativa aprobó un decreto en virtud del cual se declara el 26 de marzo Día de la Paz, la Vida y la Justicia; su celebración por primera vez será este año, se declara asueto nacional  valedero para el sector público y privado, con excepción de la Policía Nacional Civil y  los servicios de salud. El Consejo ha diseñado que la marcha se realice en los 14 departamentos, eso da espacio para que nadie se quede en su casa, se vista de blanco o celeste y nos juntemos para decirnos que estamos dispuestos a conquistar la paz que  necesitamos.

Los jóvenes especialmente tienen la oportunidad de ser protagónicos en esta expresión multitudinaria y hacerlo creativamente con las formas  ingeniosas que son capaces de crear, con el canto, la pintura, la alegría y esperanza que les caracteriza. Las iglesias, las organizaciones sociales,  los empresarios, los profesionales, los estudiantes, los transportistas, los miembros de los diferentes partidos políticos, todos y todas tenemos la oportunidad de expresar  que somos capaces de unirnos y sumar nuestros colores y pensamientos a una causa común.

La marcha por la paz, la vida y la justicia tiene lugar en un escenario positivo para la lucha, será dos días después del 35 aniversario del asesinato de Monseñor Oscar Arnulfo Romero y teniendo la claridad de que el Vaticano ha fijado fecha para su beatificación, que se realizará el 23 de mayo próximo. Ya han pasado las elecciones y no hay pretexto para negar apoyo a la lucha integral contra la violencia que supone voluntad para respaldar políticas y acciones preventivas, combate frontal al delito, medidas de reinserción, penitenciarias y de protección a víctimas.

Estas medidas propuestas por el Consejo Nacional de Seguridad y Convivencia son coherentes con la política nacional de seguridad y con la visión integral del fenómeno. Nuestra presencia en la marcha, la de la mayoría de salvadoreños le da fuerza al camino iniciado para atender.

En muchas ocasiones uno se puede sentir sólo y atribulado, estar juntos, saber que somos muchos con la misma aspiración cambia nuestro estado de ánimo, juntarnos para cosas buenas nos da fuerza, afirma valores de solidaridad y esperanza, certeza de que sí podemos edificar una sociedad mejor.

Marchar juntos el 26 de marzo, comunicarnos con fuerza nuestro deseo de lograr respeto a la vida de cada ser humano en nuestro suelo patrio, de que podamos transitar y trabajar confiando unos en otros, discutir con libertad nuestras ideas, abrir nuestro pensamiento a lo que otros creen; tener la disposición de analizar y sopesar esas otras visiones, hacer esto es caminar democráticamente en la construcción de un país mejor. Un país que pese a sus sufrimientos ha sido capaz de dar aportes grandes a la humanidad, incluso el Santo más querido, Monseñor Oscar Arnulfo Romero.

Al mismo tiempo de marchar es preciso dar recursos a la PNC, a los centros penales, aprobar la Ley para combatir las extorsiones, empeñarnos en crear oportunidades de empleo rural y urbano; mejorar la infraestructura escolar, ampliar oportunidades de prácticas deportivas y artísticas. Sin duda las instancias estatales empezando por los gobiernos locales tienen un rol importante, pero es fundamental la participación organizada de las comunidades y sectores sociales. La seguridad es tarea de todas y todos.

Que la marcha sea el comienzo de un nuevo momento en la lucha por la vida, la justicia y la paz. Que la marcha sirva para vernos unos y otros como hermanos y como luchadores en una causa común, que la marcha sea la ocasión de expresar que el sufrimiento de muchos nos inspira a superar un flagelo y cambiar esa dura realidad y finalmente que sea un mensaje para aquellas y aquellos que andando cerca de malos caminos vean que hay otro camino mejor. Por eso vamos todas y todos a ser parte de esta gran manifestación de voluntad y aspiración legítima de vida, justicia y paz para nuestra querida patria, nuestra familia y para nuestra comunidad.

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