Álvaro Darío Lara
Escritor y docente
Como estaba previsto, el pasado 31 de agosto, Falena Editores, un grupo de talentosos diseñadores, escritores y artistas de la palabra impresa, lanzaron al mar de la cultura, un velero, cargado de sueños y de los mejores propósitos por dignificar y enaltecer textos y autores.
Así, únicamente, provistos de las mejores ilusiones, como suele suceder con los auténticos proyectos, Santiago Arnulfo Pérez, Melvin Aguilar, Manuel Barrera, Roger Guzmán, Edenilson Rivera y Ricardo González Paz, entre los iniciadores más representativos, dieron forma, pacientemente, a un proyecto sólido que aspira a sortear las sempiternas dificultades de nuestro medio.
Le correspondió, en la fila de espera, a Quiromancia, libro de poesía de un servidor, debutar, esa agradable tarde de sábado, en la Biblioteca Museo “Luis Alfaro Durán” del Banco Central de Reserva, ubicada en el centro histórico de San Salvador.
El libro de maras, dormía el sueño de los mil años, desde que había sido cerrado, allá por 1995. Y fue, gracias al empuje decidido de Santiago y del grupo editor, que, finalmente vio la luz.
Cuando en la presentación, el artista Óscar Vásquez, preguntó al autor, “¿por qué se tardó tanto tiempo en llegar a la imprenta?”. La respuesta fue sencilla: hubo en mi juventud, mucha preocupación por el cuido de lo escrito, y una idea (¡exagerada quizá!) que la publicación era lo menos importante, y que llegaría cuando el texto estuviera maduro. Lamentablemente, a esto, se unió una carrera profesional docente y periodística, que me consumió mucho tiempo; y que me extravió, cada vez más, de la senda de las publicaciones.
Quiromancia, contiene poemas escritos entre mis veinte y veintinueve años, por ello es que, a manera de broma, yo refiero, que es un libro de los años veinte.
Quiero agradecer públicamente a Falena Editores por su confianza, y a todos los amigos de los medios de comunicación que nos acompañaron, publicitando el lanzamiento. Asimismo al Museo Biblioteca Luis Alfaro Durán, del BCR, por habernos acogido en su hermoso recinto.
Más allá del hecho bibliográfico, el evento permitió un reencuentro con escritores, artistas y un público lector, grande y heterogéneo. También fue la ocasión para estrechar más, mis lazos familiares, tan capitales para todo ser humano.
Finalmente, reproduzco un fragmento de la nota editorial, que precede junto a la introducción y al prólogo, el contenido literario: “Creemos que la publicación de Quiromancia logra poner la atención a un poeta cuya poesía no es muy conocida ni reconocida con justicia. Vendrán los lectores a tratar de encontrarse en ella; los académicos, acaso, a hacer un estudio de esta poética de transición entre la guerra y la posguerra; los poetas jóvenes, tal vez, a contraponer los afanes de época y sus anhelos impetuosos de novedad. Estos poemas y sus ciclos poéticos invitan al desciframiento y la comprensión. Queda tendida esta mano para que los lectores puedan interpretarla, según su sensibilidad, o juzgarla de acuerdo con los valores estéticos del tiempo”.