Yaneth Estrada
@caricheop
El 18 de marzo, El Salvador confirmó el primer caso de COVID-19 en el territorio nacional, tres meses después, el MINSAL registra más de 7,000 casos confirmados y 192 fallecidos. Hoy, Laura (nombre ficticio), de 40 años, cuenta su historia como paciente recuperada.
“Hace más o menos dos meses, sentí dolor de cuerpo, calentura y dificultades para respirar, yo usaba mascarilla y no se en qué momento me contagie de COVID-19, todos en casa presentaban los mismos síntomas, con pastillas a los pocos días mejoraron, yo no, es más me ponía peor”, relata la mujer convaleciente.
Un fin de semana, ya en cama y con serías complicaciones para respirar, su familia tuvo la duda si sería COVID-19, y decidieron llevarla al hospital, porque también existe alerta de dengue, entonces, la sorpresa fue que a Laura le dieron ingreso por sospecha de COVID-19.
Según comentó la convaleciente, pasó cerca de 6 semanas en 3 diferentes hospitales. La situación se volvió peor, perdió rápidamente masa muscular, dejó de hablar y tuvo que utilizar un tanque de oxígeno, tomar muchas pastillas, suero, muestras de sangre para exámenes y aprender a convivir con personal médico y de enfermería durante las rondas cada dos horas.
Los momentos de reflexión
“En estos momentos, cuando uno mira de cerca a la muerte, uno piensa, porqué no me cuidé más, para qué salí, ya que acepté salir a comprar en pocas ocasiones durante la cuarentena domiciliaria obligatoria, pero a pesar del miedo, la poca información que se tiene dentro de los hospitales, uno quiere vivir y ver a la familia”, agregó Laura.
Durante estas seis semanas, hubo tratamiento, vigilancia constante y mucha oración. Su familia nunca perdió la fe, aunque también vio mucha gente morir, “personas mayores que llegaba con cuadros muy complicados y con varios días de padecimientos, estaban una noche y no los veíamos más (…)”.
Hace unos días, recibió la noticia que su sangre salió positiva, podía pasar a cuidado intermedio y su alta médica era una posibilidad. Ayer, aun débil fue retirada del nosocomio y regresó a casa (en silla de ruedas) junto a su familia.
Por ahora no se sabe, si tendrá daño secundario, a nivel neumológico, pero esta sobreviviente de COVID-19 pidió a la población cuidarse, no salir si no es necesario, utilizar mascarilla, jabón y sobre todo, de sentir algún síntoma acudir con un especialista u hospital. “Yo vencí el COVID-19, Dios tuvo misericordia, gracias a todos los médicos y enfermeras ellos son quienes exponen su vida por nosotros, gracias a Dios estoy viva”, recalcó.
Tras la euforia y, en vos baja, mencionó que su caso fue tratado con mucho hermetismo en su lugar de origen para evitar discriminación y señalamientos. Actualmente, El Salvador reporta 4,268 personas recuperadas de COVID-19, Laura es una de ellas.