Gloria Silvia Orellana
@DiarioCoLatino
“Gracias al señor Jesús de tener a nuestros nietos e hijos de nuevo en los hogares, y gracias a todo el apoyo brindado por la comunidad, organizaciones sociales y la Comunidad Internacional”, expresó Juana Martínez, abuela de Juan Carlos, uno de los 8 adolescentes capturados el pasado 5 de noviembre en la Comunidad Amando López, cantón La Canoa, municipio de Jiquilisco, Bajo Lempa, Usulután.
“Vencimos, hemos vencido el miedo y el temor porque uno se queda bien corto, y piensa ¿Será que me vendrán a sacar en la noche si yo hablo?, ¿Será que vendrán a sacarme en la noche si defiendo mis derechos o ¿Me van a sacar fotografías y después me van a venir a sacar?”, manifestó.
“Esa es la incertidumbre que tienen la población, pero Dios nos ha dado la fuerza para poder hablar y poder defender los derechos de la niñez y adolescencia en el caso de estos niños que fueron atropellados arbitrariamente”, recordó.
La captura colectiva se dio en el marco de la presentación de una obra teatral preparada por los maestros del centro educativo de la comunidad Amando López, en donde los 8 capturados participaron, y que narra a manera de crónica la invasión española, la independencia, la resistencia de Anastacio Aquino, la Masacre de 1932, el asesinato de Monseñor Romero, la guerra civil y la firma de los Acuerdos de Paz y la experiencia de post guerra de la comunidad.
“Los niños fueron sacados de sus hogares, torturados, amenazados e insultados por los soldados, pero gracias por toda la movilización -a la que agradezco- por haber hecho la lucha con nosotros y de no haber mostrado el nivel de organización como comunidad y apoyo de los, medios de comunicación, organizaciones sociales que nos apoyaron para su liberación”, agregó.
Los adolescente, afirmaron sus familiares, sufrieron torturas y golpes por parte de soldados, y amenazas como la de no volver a sus madres y que irían a prisión de por vida, por lo que consideró Juana, que ellos junto a sus familiares deben recibir ayuda psicológica de inmediato. “Mi niño ni quiere hablar ni salir a la puerta de la casa” , comentó.
“Los dos policías que andaba coordinando la captura saltaba de alegre -diciendo- que ya iba a subir de rango, que con 8 capturas de nuestros niños iba a subir el grado y los soldados les tiraban cáscaras de guineo y les decían -coman perros- y cuando se los llevaron fue a la isla de Méndez”, denunció.
De esta situación estuvo pendiente la comunidad que salió en vehículos tras los captores, luego de la captura y ante la molestia de los soldado Juana comentó, que “el nivel de organización de la comunidad fue único porque no se despegaron y se les dijo que esos niños eran nuestros hijos. Agradezco a ACUDESBAL, movimientos de Mujeres, Asociación Mangle, el Movimiento campesino y muchas otras organizaciones y directora del centro escolar, la ayuda”, acotó.
“Creí que esos soldados me iban a matar”, es lo poco que ha dicho su nieto, compartió Juana, al narrar el sometimiento a torturas psicológicas y físicas de los 8 adolescentes, en esa casa vacía en la Isla de Méndez, un lugar que describieron que “apestaba a cosa muerta” y los amenazaron con no volver a ver de nuevo “la luz del día, e iban a morir de hambre en el centro penal”.
“Eso no se les concedió a estos soldados inútiles y cobardes que amenazaron a estos niños, me contaron que los policías en El Zamorano les dijeron que les podían dar alimentación, pero que dijeran que los soldados no los trataron mal”, denunció.
“Se pudo ver el régimen y estos soldados incapaces que golpean a los niños, quedaron mal ante la Comunidad Internacional, los medios de comunicación, la Fiscalía General de la República y Medicina Legal, porque les hicieron examen a los niños y declararon que están golpeados, es lamentable, pero agradezco de corazón toda la ayuda”, puntualizó. Los captura de los adolescentes se dio en el marco de la Ley del Estado de Excepción impuesta por el presidente Nayib Bukele, que consideran sospechos a cualquier salvadoreño de todas las edades.