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La Mesa por la Soberanía Alimentaria demanda de la Asamblea Legislativa legislar para prohibir el uso de los once agroquímicos más tóxicos, debido a sus efectos nocivos en la salud de agricultores y agricultoras. Foto Diario Co Latino/Archivo

Venenos agroindustriales siguen cobrando la vida de personas en el campo

Gloria Silvia Orellana
@GloriaCoLatino

La Mesa por la Soberanía Alimentaria expresó en su más reciente pronunciamiento los efectos dañinos por el uso indiscriminado de venenos agroindustriales y la coincidencia que comparten con instituciones a nivel internacional, que resaltan que el herbicida más usado del mundo es el glifosato (Bayer-Monsanto), que ha sido señalado por incrementar hasta en un 41 % el riesgo de padecer cáncer.

La Mesa, constituida por veintidós organizaciones y redes que impulsan una Ley de Soberanía Alimentaria, manifestaron su preocupación por las condiciones de los trabajadores del campo y, en especial, los relacionados con la producción cañera, que utiliza el madurante glifosato para el cultivo.

“La Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer-IARC-, dependencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS), a lo que se suman múltiples tribunales internacionales, han señalado y sentenciado sobre su peligrosidad en el ser humano, tal como lo reflejan estudios de la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer -IARC- ii”, señalaron.

Asimismo, citaron una investigación del Atlas Global de Salud Renal 2019, que señala para el año 2030 a alrededor de 14.5 millones de personas en el mundo que tendrían una enfermedad renal en etapa terminal, pero de los cuales solo 5.4 millones de ellos recibirían algún tratamiento y más de 2 millones de personas morirían cada año, por el poco o ningún acceso a hemodiálisis o trasplante de riñón.

“En El Salvador, 9,908 pacientes renales ha muerto en entre los años 2009 y 2018, según el MINSAL, la enfermedad Renal Crónica significaba la tercera causa de muerte en la mortalidad general del país. La primera en los hombres y la quinta en las mujeres. El MINSAL ha establecido que la mayoría de los pacientes diagnosticados están asociados a factores tóxico-ambientales y ocupacionales-agrícolas y la hipótesis más plausible es que la exposición a pesticidas, fertilizantes y otros productos nocivos para la salud constituye el verdadero elemento detonante de la tragedia sanitaria que está afectando a las comunidades agrícolas salvadoreñas”, manifestaron.

La exposición excesiva a herbicidas agroindustriales ha sido histórica, así como la importación de estos productos; solo en 2016, los insecticidas, herbicidas y fungicidas en el país sumaron las 13,000 toneladas, unos 49 millones dólares. Mientras, información del sitio CentralAmericaData señala que de los mercados internacionales los países centroamericanos importaron -en los primeros seis meses del año 2019- en productos de insecticidas, herbicidas y fungicidas, una factura de 316 millones dólares.

Ante esta situación, la Mesa por la Soberanía Alimentaria denuncia que las grandes empresas productoras de venenos en el mundo (BASF, Bayer, Corteva, FMC y Syngenta) han generado $4.800 millones solo de ganancias, a partir de la muerte y enfermedades de campesinos y campesinas en países en como El Salvador y la región.

“En el año 2013, El Salvador ocupó la tasa más alta por insuficiencia renal en el mundo. Y las investigaciones señalaron que el uso indiscriminado de los once productos más tóxicos están directamente vinculados a la gran cantidad de casos de insuficiencia renal crónica en El Salvador. Y las afectaciones a la salud renal en los trabajadores cañeros son de un 44 % con daño severo, un 15 % en agricultores no cañeros de manera moderada y un 15 % en mujeres, de leve a moderada”, informaron.

La Mesa por la Soberanía Alimentaria demandó de la Asamblea Legislativa legislar para prohibir el uso de los 11 agroquímicos más tóxicos, debido a sus efectos nocivos en la salud de agricultores y agricultoras.

“Exigimos que los convenios de la OIT C170 (Convenio sobre los productos Químicos) y el C184 (Convenio sobre la Seguridad y la Salud en la Agricultura) sean ratificados por el Gobierno salvadoreño, ya que garantizarían la seguridad en el trabajo agrícola y uso de químicos a nivel nacional. Así como, la correcta interpretación y aplicación del Art. 28 de la Ley de Protección al Consumidor, que establece que los organismos genéticamente modificados destinados al uso directo, como alimento humano o animal, deberá especificarse visiblemente en su empaque tal circunstancia”, reafirmaron.

La Mesa por la Soberanía Alimentaria reiteró la petición de crear una política nacional de agroecología respaldada por una Ley de Soberanía y Seguridad Alimentaria y Nutricional, a fin de garantizar una producción sustentable de alimentos, que puedan enfrentar eventos climáticos y socioeconómicos adversos.

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