Iván Escobar
El implacable sol de la tarde, ailment y una especie de nube de mosquitos que solo recordaba una de las siete plagas de Egipto, no frenó el paso lento. Cientos de feligreses provenientes de distintos municipios del país, entre estos, de Comasagua, Apopa, Soyapango, San Salvador, Cuscatancingo, Santa Tecla, participaron la tarde del domingo en la procesión de entrada de los Niños Inocentes, en Antiguo Cuscatlán.
Al son de la música de banda, y tras la imagen de Santa Juana, y de la Sagrada Familia, los niños recorrieron las principales calles de pueblo como parte de una tradición arraigada en el tiempo.
En la víspera de la celebración de los Santos Niños Inocentes, que se conmemora este 28 de diciembre con la tradicional misa, y presencia de las imágenes de los niños Dios que llevan las familias en gratitud por los favores y milagros otorgados, muchas familias se vuelven parte de esta tradición. El ritual, es una costumbre heredada de generación en generación, y la cual hoy se vive con gran fervor y devoción.
El Párroco de la iglesia de Antiguo Cuscatlán José Escobar, durante la bendición de entrada de las imágenes, destacó que en Centroamérica, El Salvador es el único país en preservar esta tradición que recuerda la masacre del Rey Herodes en Belén contra los niños que nacieron en tiempos de la llegada al mundo del hijo de Dios.
“Con orgullo decimos, que las fiestas de los Santos Niños Inocentes es una tradición única en El Salvador”, subrayó el padre Escobar.
Paso a paso, los feligreses presentan a los niños ante la comunidad católica, y cientos de visitantes (nacionales y extranjeros) acuden al colorido desfile, que año con año inunda las calles del municipio, y reafirma la fe católica.
Previo a la procesión de las imágenes, las familias se reúnen con los niños que son decorados creativamente y con vestimentas coloridas, en homenaje a los infantes, para recorrer las calles antes de su ingreso al templo para ser inscritos y pasar la noche del 27 en el templo, en custodia.
Ya en la mañana del 28 se celebra la misa, y a partir de las dos de la tarde son retirados los niños por sus respectivas familias devotas. Durante las horas en el templo los niños son contemplados y venerados por miles de personas que llegan hasta Antiguo Cuscatlán para ser parte de la tradición.
Los alrededores del pequeño templo de Antiguo Cuscatlán están inundados de feligreses que al cierre del año se aglomeran y forman parte de la conmemoración de los Santos Inocentes. Las ventas de productos artesanales y de feria, así como golosinas y comidas típicas son parte del ambiental que viven todos los asistentes a estas tradiciones.
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