Tras la llegada del comandante Hugo Chávez Frías a la presidencia de la República Bolivariana de Venezuela, y el inicio de la instauración del socialismo, que el comandante bautizó como el “Socialismo del Siglo XXI”, se vino una ola de ataques de la derecha criolla y continental, liderada, sin lugar a dudas por el imperialismo norteamericano.
Pero Chávez supo cuándo meter el acelerador, lo que ocurrió tras el fallido golpe de Estado que ejecutaron y aplaudieron los que hoy claman democracias y elecciones cuando se les ocurre y como se les ocurre.
No obstante, Chávez, con el apoyo de su pueblo logró hacer una nueva Constitución, bajo el espíritu de Simón Bolívar, en la que plasmó los mecanismos para desactivar más intentonas golpistas, uno de esos mecanismos son las elecciones.
De hecho, Chávez solo perdió una elección de más de una decena a las que se sometió para recibir el apoyo o rechazo de su pueblo.
Tras la muerte de Chávez, Nicolás Maduro, quien era su vicepresidente, gana la Presidencia en un proceso electoral, vilipendiado por la derecha internacional, tras la derrota de los candidatos de la derecha criolla venezolana.
Con la ayuda del imperio, la nefasta oposición Venezolana intentó promover un referendo convocatorio, al medio término del periodo constitucional de Maduro, sin seguir las reglas del juego, es decir, las reglas de la democracia, plasmadas en la Constitución y leyes secundarias.
Ante el fracaso de la derecha venezolana de imponer un referéndum a su medida, arreciaron los ataques contra el Gobierno y pueblo Venezolano, que se considera así mismo “chavista” y prosocialista.
La oposición contrató mercenarios para atacar desde unidades de salud hasta guarniciones militares, pero, sus expresiones violentas, que han causado muertes inocentes entre propios y rivales, fue respondida por el Gobierno Constitucional que dirige Nicolás Maduro, con una Constituyente Popular para el 30 de Julio pasado.
El imperio y la derecha intentaron impedir la Constituyente, utilizando más violencia focalizada en algunos puntos de Caracas y otras importantes ciudades, pero la voluntad democrática del Pueblo y el Gobierno se decantó por más democracia, y así, más de ocho millones de venezolanos acudieron a las urnas para elegir a la Asamblea Nacional Constituyente.
Un total de 545 constituyentes fueron elegidos e instalados, y hoy han iniciado su tarea, con lo que el pueblo democrático venezolano responde a la violencia de la derecha venezolana y al imperio.
El imperio mientras tanto, y la derecha internacional, apoyados por los medios tradicionales, han lanzado una campaña para deslegitimar la principal herramienta que les heredó Chávez a los venezolanos: la consulta popular, el voto popular.
América Latina debe unirse y apoyar a Venezuela para derrotar al imperialismo y a la derecha golpista y retrógrada venezolana. Venezuela debe resistir hasta vencer.