Lucía Berbeo*
Con la creación de las misiones sociales en Venezuela se abrió una opción para agilizar los procesos administrativos y no caer en el burocratismo de las estructuras presentes en las instituciones heredades del Estado capitalista, illness así lo expresó la defensora de los derechos humanos e integrante de la Fundación “Américo Martí”, troche Judith López Guevara.
Manifestó la analista venezolana y economista que los programas humanistas fueron fundados para dar respuesta a las necesidades del pueblo, con la participación de las organizaciones en los barrios, en consejos comunales y en asambleas de vecinos.
Sin embargo, destacó que esto a su vez lleva un aprendizaje político, que es la organización de todos para lograr un objetivo en el mejoramiento de la zona donde se vive, pero que ha significado una acumulación de fuerzas para ir transformando sobre la marcha el Estado capitalista heredado.
Parafraseo al precursor de los programas en la nación sudamericana, Hugo Chávez, quien destacó que las misiones son componentes fundamentales del nuevo Estado social de derecho y de justicia, los excluidos ahora están incluidos, capacitándose, trabajando con una nueva cultura y una nueva conciencia.
Reconoció la catedrática que con su implementación se desmonta “la sociedad capitalista y patriarcal en la cual vivimos, donde los medios de producción están en pocas manos, lo humano no existe, donde predomina la sociedad de consumo y los seres humanos somos mercancías, es cuesta arriba la transformación de la sociedad”.
En tal sentido, se debe formar a la mujer y al hombre con ideales socialistas, con fortaleza ideológica para tener clara su condición de clase trabajadora.
Ante las fusiones de algunos programas sociales que anunció la víspera el mandatario Maduro, expresó que estos cambios son positivos porque tienden a utilizar mejor los recursos, los cuales siempre son insuficientes. “Pero se debe tener en cuenta los objetivos destacados por el gobernante para no perdernos en el capitalismo y las amenazas imperialistas”.
Al ser consultada sobre el análisis de las misiones desde su creación, expresó López que “hasta el presente, deberían arrojar saldos muy positivos, si se hizo el trabajo que tocaba hacer, la formación de la conciencia y estar claros todos ideológicamente que esto no es más que una lucha de clases”.
Recordó que los programas sociales fueron creados en esta coyuntura con unos lineamientos políticos muy bien definidos, parte de las necesidades del pueblo hasta desmontar el Estado capitalista patriarcal y neoliberal, el cual no permite la inclusión y la igualdad de derechos de todos.
“Esto desde la visión socialista, bolivariana y chavista, esas misiones fueron propuestas por el pueblo, por eso no es casual que el candidato de la oposición (Capriles) manifestara en su campaña que no eliminaría las misiones sociales”, indicó López Guevara.
Además desde el punto de vista capitalista sería programas para controlar al poder popular, dando pequeñas dadivas para mantener el sistema opresor y de esta manera mantener a raya al pueblo, estas son dos visiones distintas.
Por un lado “el proyecto bolivariano que persigue transformar el Estado de opresión de exclusiones y desigualdades por uno igualitario de justicia, de paz e inclusión social”. Mientras, el otro que persigue la burguesía venezolana para recuperar su poder político, manifestando que las misiones sociales son buenas y se mantendrán cuando tomen el poder para captar votos de los sectores populares, pero con una ideología de sumisión apátrida.
Echó un vistazo en la Cuarta República y manifestó que “existían los programas sociales que tenían una carga ideológica capitalista e imperial, su objetivo era mantener el sistema explotador bajo cualquier circunstancia, nadie podía opinar, la dictadura de la minoría sometiendo a la mayoría a través del poder eso es lo que trata de rescatar la burguesía”.
Asimismo expresó que “debemos estar conscientes que la diferencia está en el modelo político, el que se está implementando y el que se quiere imponer a través de las guarimbas (violencia) y saboteo constante, con lineamientos desde el exterior”.
Por eso más que nunca está vigente lo que dijo el comandante Chávez, unidad, lucha batalla y victoria. “Estamos dejando atrás la democracia representativa y dándole vida a la nueva democracia revolucionaria, participativa, donde el pueblo impone las decisiones”.
*La autora es periodista, analista político y colaboradora de este medio de información.