Santiago Leiva
@DiarioCoLatino
Se vale llorar, patalear y señalar con el dedo al técnico mexicano Carlos De Los Cobos. Y es que El Salvador no solo se quedó fuera de la Copa Oro 2019 en la primera ronda, sino que dejó una pobre imagen al caer 4-0 anoche en Los Ángeles.
El estratega azteca y sus pupilo tuvo un desastroso segundo tiempo en el que dieron pena ajena y dejaron a la afición azul con un nudo en la garganta y echando rayos.
El Salvador y su hinchada llegaron relajados al césped y las butacas del Banc Of California de Los Ángeles, pero Curacao le empató a Jamaica y eso puso nerviosa a la Azul que debió enfrentarse a una Honduras desbocado y con ánimos de quitarse la pena moral de la eliminación tempranera.
Sin más que el orgullo en juego, la “H” jugó sin presión y arrinconó al representativo cuscatleco que tendió dos barricadas en su parcela, renunció a la pelota y especuló con hacer daño con contras explosivas.
La estrategia le permitió a El Salvador cerrar el primer acto en blanco y consiguió generar dos llegadas claras, pero faltó puntería y un poquito de más picardía.
Al cuarto de hora, por ejemplo, Nelson Bonilla tuvo un mano a mano contra el meta Luis López, pero se durmió y le robaron la cartera.
Al ´40, mientras tanto, en una incursión relampagueante por izquierda, Juan Carlos Portillo sacó un misil que se fue sobre el horizontal.
Honduras, con claro dominio de balón, también generó llegadas peligrosas: el primero en probar fue Michael Chirinos con remate desviado y luego, a la media hora, Félix Crisanto le quemó los guantes a Henry Hernández que atinó a desviar el balón sobre el travesaño.
El complemento arrancó como cerró el primer tiempo: De Los Cobos no solo mantuvo el 4-1-4-1, si no que también sus cromos iniciales en los que fue novedad la presencia de Marvin Monterrosa en la zona ancha.
La diferencia, no obstante, la marcó Honduras que empujó la piedra y al ´60 encontró su premio en un disparo de Jorge Álvarez que dejó sin chance a Hernández.
El tanto cayó como balde de agua fría y obligó al estratega azteca a mover sus piezas con urgencia: entró Gerson Mayén por Narciso Orellana y la “H” acabó escribiendo su victoria sobre la lápida.
En el ´66, Darwin Cerén se equivocó en la salida, perdió un baló y este quedó para Rubilio Castillo que fusiló a Hernández con remate cruzado.
Ya desconcertada y con la ansiedad soplandole en la nuca, la Azul adelantó líneas, pero nunca tuvo claridad y al final acabó recibiendo más castigo.
Se corría el ´75, cuando en un trazo largo Bryan Acosta apartó con su cuerpo a Roberto Domínguez y decretó el 3-0.
Pero el bochorno no acabaría así: en el ´89, en una contra letal la selección hondureña acabaría por conseguir el 4-0, por medio de Emilio Izaguirre, que tenía segundos en la cancha, pero que le bastaron para decretar el “póquer” catracho.