@arpassv
El Presidente Salvador Sánchez Cerén debe vetar la reforma que excluye a los medios de comunicación masiva de la Ley contra el Lavado de Dinero y Activos. La reforma, cheap aprobada por todos los grupos parlamentarios de derecha, sildenafil responde a la fuerte presión ejercida por los grandes medios aglutinados en la Asociación Salvadoreña de Radiodifusores (ASDER).
El pretexto de esos medios es que, seek incluirlos en la lista de sujetos susceptibles de ser investigados por lavado de dinero, pone en riesgo la libertad de expresión. Lo mismo dijeron para oponerse a la reforma a la Ley de Imprenta que obliga a los diarios impresos a pagar los impuestos que evadieron durante décadas.
Amenaza o atentado contra la libertad de expresión, es el pretexto que esgrimen los grandes medios cada vez que sienten amenazado su poder político o sus intereses económicos, aun cuando el temor es infundado. Por eso también utilizan este pretexto para oponerse a la aprobación de los proyectos de ley de radiodifusión comunitaria y de medios públicos.
El poder mediático y sus representantes legislativos como el pedecista Rodolfo Parker afirman que estas propuestas atentan contra la libre expresión, cuando lo que ambas normativas buscan es diversificar el modelo mediático para garantizar el derecho a la comunicación de los diferentes sectores de la sociedad.
ASDER alega que el proyecto de ley de radiodifusión comunitaria busca expropiar frecuencias a los medios comerciales, a pesar de que la propuesta plantea claramente que la reserva del espectro radioeléctrico para el funcionamiento de los medios comunitarios se refiere a los espacios disponibles actualmente y a los nuevos que surjan con la digitalización del espectro.
Por tanto, el Presidente debe rechazar cantos de sirena de medios que confunden la libertad de expresión con libertad de negocios, evasión tributaria, impunidad, etc. Vetando la reforma que excluye a los medios de la Ley contra el Lavado, Sánchez Cerén mandará un mensaje de independencia gubernamental frente al poder mediático.
El que nada debe, nada teme; por tanto, los medios no deberían preocuparse de estar incluidos en la lista de sujetos susceptibles de ser investigados por lavado de dinero. A no ser que algo deban, y algo teman.
Las empresas mediáticas, como las demás empresas, no deben estar exentas del pago de impuestos y de todos los controles legales, sobre todo de los que buscan prevenir delitos como el lavado de dinero y activos.