Bogotá/PL
La delegación gubernamental de Colombia a los diálogos de paz en Cuba, case viaja hoy rumbo a La Habana para reanudar las conversaciones con las FARC-EP, tras el impasse creado por la detención del general Rubén Darío Alzate, liberado ayer domingo.
En una declaración oficial, el jefe del equipo Negociador del Gobierno, Humberto de la Calle, anunció que parte de su comitiva saldrá este lunes a La Habana, donde tendrá un encuentro de dos días con delegados de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo.
El propósito de esta reunión, junto con los países garantes (Cuba y Noruega), es realizar una evaluación relacionada con los hechos recientes y que conoce la opinión pública, añadió de la Calle en declaraciones anoche desde la casa Presidencial de Nariño, después de entrevistarse con el mandatario Juan Manuel Santos.
Apuntó que desde la perspectiva del Gobierno, se propondrá una evaluación a fondo, completa, desde el principio de las pláticas, con el ánimo de lograr mayor eficacia en los diálogos, de decidir hechos de paz y buscar decisiones prontas sobre lo que llamó el desescalamiento del conflicto.
El negociador jefe comentó que para las liberaciones ocurridas en Arauca antes y en el Chocó ayer, vinieron desde Cuba a Colombia miembros de la delegación de las FARC-EP, con autorización de su Gobierno, a fin de garantizar la operación, la seguridad de las personas, la vida de los retenidos y para facilitar el éxito de la entrega.
El general Rubén Darío Alzate, la abogada Gloria Urrego y el cabo Jorge Rodríguez fueron liberados a primera hora del domingo por las FARC-EP en un punto al norte de Quibdó, capital del departamento de Chocó, mediante un protocolo humanitario con asistencia del Comité Internacional de la Cruz Roja y de los países garantes del proceso de paz.
Los tres fueron detenidos por la insurgencia el pasado día 16 en el poblado Las Mercedes, en las márgenes del río Atrate, donde se encontraban vestidos de civil y el Comandante de la fuerza de tarea Titán sin escoltas, en un lugar que se evalúa como zona roja.
Al día siguiente de ese suceso, Santos ordenó a la delegación gubernamental suspender su viaje a Cuba, hasta tanto no fuera liberado el general Alzate y sus acompañantes, lo que creó un impasse de 15 días en las conversaciones entre la guerrilla y el ejecutivo de Bogotá.
Las partes conversan en la capital cubana desde hace dos años para poner fin a un conflicto armado que dura ya más de medio siglo.