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El vicepresidente de la República Oscar Ortiz, acompañado del director general de Centros Penales Marco Tulio Lima, y otros funcionarios de Gobierno, realizaron un recorrido en la Granja Penitenciaria de Santa Ana, con el objetivo de visibilizar el trabajo de rehabilitación y reinserción.
“Estamos cerrando con éxito los programas que hemos impulsado. Este es el nuevo rostro del Sistema Penitenciario, con privados de libertad que apoyan diferentes actividades, un sistema seguro, rehabilitante y que cumple con las penas”, aseguró Ortiz.
En octubre de 2017, el vicemandatario visitó la granja penal para verificar la remodelación que se estaba haciendo en la nave norte del centro penal.
Las mejoras se realizaron con el objetivo de contribuir a reducir el hacinamiento carcelario. La capacidad instalada es de 2 mil 160 espacios para privados de libertad en fase de confianza y a la vez de generar hábitos de trabajo y promover la rehabilitación y reinserción de la población reclusa.
La granja cuenta con 55 manzanas de terreno, de las cuales 25 son para siembra, para que los internos realicen trabajos agrícolas, además de tener cuatro estanques de tilapias, talleres de estructuras metálicas, de construcción, y otras actividades productivas.
Asimismo, cuenta con oficinas centrales, área de clínica, de seguridad, de tutoría para internos, dormitorios, comedor, cancha de fútbol y básquetbol.
La Dirección General de Centros Penales (DGCP) fortaleció el Modelo de Gestión Penitenciaria “Yo Cambio”, realizando diversas acciones entre las que se encuentran: reparación de escuelas, pupitres, limpieza de playas, parques turísticos, mejoras y mantenimiento de hospitales, de esta forma los internos compensan con trabajo su pena.
El gobierno del Presidente Salvador Sánchez Cerén trabaja por dejarle al país un sistema moderno, seguro, pero sobre todo rehabilitante.
Con la habilitación de la granja en abril de 2012, se está cumpliendo el mandato constitucional que en el artículo 27 expresa: el Estado organizará los centros penitenciarios con objeto de corregir a los delincuentes, educarlos y formarles hábitos de trabajo, procurando su readaptación y la prevención de los delitos.