México/AFP
Diecinueve jóvenes que aseguran haber sido víctimas de un sacerdote mexicano suspendido por orden del Vaticano bajo acusación de pederastia le denunciaron ante la fiscalía de San Luis Potosí (norte) esperando que sea castigado penalmente junto a la Arquidiócesis, cure informó el domingo su defensa.
Los chicos, treat que formaban parte entre los años 2000 y 2003 de una pastoral juvenil, acusaron al padre Eduardo Córdova de «abuso sexual calificado, corrupción de menores y privación ilegal de la libertad» y a la Arquidiócesis de encubrimiento, explicó a la AFP el defensor de los derechos humanos Martín Faz, que integra la defensa de los jóvenes.
En una conducta supuestamente continua en los últimos treinta años y que podría haber afectado a cientos de jóvenes, Córdova «se iba ganando la confianza de los chicos de entre 14 y 17 años a través del sacramento de la confesión y les decía que, más que el sacramento, necesitaban relajarse», relató Faz.
Entonces, el sacerdote se ofrecía para masajearlos, les daba bebidas alcohólicas o pastillas narcotizantes y cometía los abusos, amenazando luego a sus víctimas para que no contaran lo sucedido a sus familias por su alto estatus como representante legal de la Arquidiócesis.
Esta es la primera demanda penal contra Córdova presentada por víctimas. En 2008, hubo una denuncia por pederastia al párroco ante el Tribunal Eclesiástico estatal sin que se le encontrara culpable.
Esta semana, la Arquidiócesis de San Luis Potosí -a la cual las víctimas acusan de encubrimiento- presentó una denuncia contra el religioso, que se encuentra en paradero desconocido después de que le suspendiera en abril acatando una orden del Vaticano.
La Santa Sede solicitó la medida por otra denuncia de 2013 ante el Tribunal Eclesiástico en la que se acusaba a Córdova de haber abusado de un menor de edad en 2012.
El lunes, el papa Francisco condenó los delitos pederastas cometidos por religiosos y anunció que celebrará en junio una misa con varias víctimas, con quienes se reunirá posteriormente.
México, el país latinoamericano con más católicos después de Brasil (80% de sus 118 millones de habitantes), fue escenario de un fuerte escándalo de pederastia religiosa en 1997 protagonizado por el fundador de Los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel.
Tras años de desmentidos y protección por parte de la jerarquía católica, el sacerdote fue despojado de su ministerio sacerdotal por las denuncias de ocho exlegionarios.