Jaime Edwin Martínez Ventura
Abogado
Todas las encuestas pronostican una amplia victoria de la fórmula presidencial del FMLN en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales a realizarse el 9 de marzo próximo. Todo apunta a que dichas encuestas, cialis entre ellas las de algunos medios de comunicación inclinados hacia la derecha, order son certeras. Por consiguiente, store el próximo Presidente de la República será el profesor Salvador Sánchez Cerén y Oscar Ortiz el Vicepresidente. De ser así, el resultado electoral dejará varias lecciones positivas para el avance de una sociedad más justa y para la consolidación de la democracia de nuestro país. Primero, se demostrará que el primer gobierno de una alianza progresista y de izquierdas que ganó la Presidencia en 2009, no fue por casualidad, ni fue un episodio político aislado; así como en el pasado hubo varios gobiernos de derecha sucesivos, la izquierda y sus aliados de diversas tendencias políticas, también pueden ganar más de una elección presidencial de forma consecutiva con el apoyo claro de la población. En otras palabras, se habrá roto el paradigma de que sólo el voto conservador y de derechas es capaz de garantizar varios gobiernos sucesivos, aunque tampoco signifique necesariamente el comienzo de una inédita hegemonía de izquierdas; eso dependerá del buen desempeño del gobierno entrante. Precisamente, otra consecuencia positiva será que se demostrará que los partidos políticos predominantes, para ganar las elecciones necesitan establecer alianzas con otros partidos y/o sectores sociales, incluyendo sus principales opositores. Una tercera lección, derivada de la anterior, será que para lograr tales alianzas los partidos políticos deben demostrar no solo un claro liderazgo, si no también capacidad y vocación de evolucionar, ser abiertos, propositivos e inclusivos. Buena parte del triunfo del FMLN se deberá a las alianzas establecidas y a su demostrada capacidad de liderazgo, evolución, apertura, inclusión y respeto a la pluralidad. Por el contrario, la derrota de ARENA, en gran medida se explicará por su falta de transformación real, conservar paradigmas y símbolos ideológicos anquilosados, como su himno que incita al genocidio de sus adversarios rojos, cantar el himno nacional con el puño derecho cerrado etc. y, en consecuencia, su aislamiento e inhabilidad para generar alianzas amplias e incluyentes, limitado a la inclusión de personajes extrapartidarios sin representatividad alguna. Sumado esto a su irremediable empeño por ganar la voluntad del electorado a través de campañas de miedo, para lo cual acuden al engaño, manipulación y calumnias públicas, incluso contra el Presidente de la República, tratando de aprovechar los quebrantos de su salud.
Una cuarta lección positiva que dejarán estas elecciones presidenciales, será que todas las fuerzas políticas, incluyendo a ARENA, aprenderán que para mantener aspiraciones de gobernar, deben demostrar mucha humildad, honestidad, responsabilidad y ante todo, impulsar políticas y programas encaminados hacia la justicia social. Los mismos dirigentes del referido partido han aceptado que las denuncias contra el expresidente Francisco Flores, sobre el manejo irregular e ilegal de 10 millones de dólares provenientes de la cooperación taiwanesa, ha sido uno de los factores más desgastantes de la confianza popular hacia dicho partido. Lo que todavía no aceptan es que dicho desgaste no se debe tanto a la denuncia iniciada por el Presidente de la República, si no a la confesión que el expresidente Flores hizo ante la Asamblea Legislativa, de la posible comisión de una serie de hechos delictivos que van desde cohecho impropio, cohecho activo, actos arbitrarios, enriquecimiento ilícito y lavado de dinero, por el manejo ilegal y destino aún no explicado de entre 15 y 20 millones de dólares, según lo confesado, más otras decenas de millones según la Comisión Legislativa. Esa falta de responsabilidad del partido ARENA, explica por qué en lugar de solicitar la expulsión del expresidente confeso y prófugo, se han limitado a pedir una “suspensión temporal”. Por último, ojalá también se aprenda la lección de que ya la mayoría de la población no cree en campañas de miedo, de terror a la imposición del comunismo o del socialismo del siglo XXI. El Salvador es un país pequeño pero grande en creatividad, en acumulación histórica de experiencias y liderazgos políticos; no necesita de la entronización de caudillos, ni copiar paradigmas de otros países, aunque sí requiere mantener excelentes relaciones de cooperación con todas las naciones.
En todo caso, probablemente la lección positiva más importante para la democracia de nuestro país que dejará una nueva victoria del FMLN, será la mayor oportunidad que se abrirá para la construcción de un Plan de Nación, el cual requiere como pilar fundamental, la más amplia concertación política y social posible. El FMLN ha demostrado suficiente capacidad de diálogo, negociación y entendimientos, cruciales para la gobernabilidad, que en esta contienda electoral le dieron una amplia ventaja al conseguir importantes alianzas, no solo entre las izquierdas, si no con un amplio espectro que incluye sectores progresistas y de centro derecha; y no solo con partidos políticos, sino con movimientos sociales, gremios profesionales, empresariales, religiosos, académicos, organismos de la sociedad civil etc. El mayor desafío que tendrá el FMLN, ya como gobierno, será concertar con la oposición más conservadora, tanto del partido ARENA como de otros sectores políticos, económicos, sociales, e ideológicos como ANEP, FUSADES y otros. Aunque tal acercamiento por ahora parezca imposible, después del triunfo electoral puede volverse factible, ya que el nuevo gobierno tendrá la ventaja de que su principal partido de oposición, en la segunda vuelta electoral ofrece propuestas similares a las del FMLN, especialmente en materia social donde ARENA propone no solo continuar, sino ampliar y mejorar los programas sociales del gobierno actual, los que inicialmente proponía suprimir por considerarlos un despilfarro. Y en seguridad pública, el partido opositor ya no ofrece “hacer lo que tenga que hacer para acabar con las maras”; ahora propone generar oportunidades paras los jóvenes, como parte de una políticas de seguridad pública integral, con énfasis en la prevención social de la delincuencia y la violencia. Es probable que ese cambio de discurso de ARENA sea solo una estrategia para ganar votos. Sin embargo, al haber asimilado sus propuestas a las del FMLN, prácticamente reconoce que son las mejores y, por lo tanto, le nace la obligación ética de apoyar al nuevo gobierno en el marco de esa amplia concertación o, por lo menos, tendrá menos solvencia moral y política para obstaculizar o sabotear políticamente el programa del nuevo gobierno y el Plan de Nación que ojalá se logre concertar para lograr mayores niveles de democracia, desarrollo económico y justicia social.
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