SINDICATO DE MÉDICOS TRABAJADORES
DEL INSTITUTO SALVADOREÑO DEL SEGURO SOCIAL (SIMETRISSS)
Si del tema de salud se habla, discount salve nosotros los médicos terminamos con veredictos de culpabilidad sin posibilidad alguna de alegar en nuestra defensa. Lo triste es que nuestras mismas autoridades de salud nos han puesto los grilletes para que el pueblo nos declare culpables.
¿Cuántas veces hemos salido de nuestros consultorios en entidades públicas con la frustración a cuestas? Hoy es uno de esos tantos días y he decidido hablar por medio de mi pluma y presentarles mi realidad, ailment cialis la realidad del gremio médico, nuestra defensa.
Hacerle saber a la sociedad, que somos también victimas de un sistema de salud obsoleto de hace más de 30 años.
El día que decidimos estudiar la carrera de medicina, les puedo asegurar que cada uno de nosotros pasó por diferentes pruebas de fuego, para tener el privilegio de vestir una bata blanca. Cada año vimos entrar a muchos pero todos pudimos ser testigos de cómo aquel o aquella que no tenía “ la madera” necesaria, se retiraba aunque también hubo aquel o aquella a quienes sus limitaciones económicas superaron en algún momento su vocación y dijeron adiós a su sueño.
Cada uno de nosotros que ahora somos médicos sabemos que nos persigue una leyenda urbana, aquella que pregona que quien estudia medicina se vuelve rico.
Que lejos esta eso de ser cierto en países como el nuestro donde nuestros sistemas de salud son tan retrasados y nuestras autoridades tan ineficientes o quizá debería decir nuestros sistema tan ineficiente con autoridades tan retrasadas. Lo dejare a criterio de aquellos que lean nuestra defensa.
Si para nosotros salvar vidas es nuestro día a día, ¿cómo poder pensar que hemos dejado de lado lo humano?
No somos los culpables de citas y cirugías programadas a largo plazo, no somos culpables de falta de medicamentos, no somos culpables de no tener aparatos adecuados, no somos culpables de la falta de recursos humanos. Nosotros aunque el pueblo no lo escuche, pedimos y exigimos cambios desde hace años a autoridades sordas designadas por gobiernos que han dejado olvidada a la salud en un cajón.
¿No son estos mismos gobiernos los que en sus campañas pregonaron que la salud, la educación y la seguridad conforman los pilares de la sociedad?
Pareciera que esto se olvida muy pronto.
No nos escuchan y los gobernantes se dejan engañar por autoridades mediocres que con palabras bonitas pintan hospitales deficientes cual paraísos.
Nos hablan de falta de humanidad cuando los carentes de ella son los que tienen la capacidad de cambiar las cosas y prefieren ver hacia otro lado.
Todos los días nos toca ver casos de pacientes que vienen de rebotar de un lado a otro con citas de meses de espera para poder llegar hasta nosotros, esas personas que no se les entrega el medicamento que les dejamos porque no hay en existencia, no les realizan el examen indicado porque no sirve el aparato o no hay reactivo, y todo un sin fin de frustración tras frustración causa de un sistema de salud inservible del cual ninguna autoridad se responsabiliza en cambiar sino mas bien habla de sus “grandes logros” y culpa al médico de la mala atención al usuario.
Así como nuestros pacientes, nosotros sus médicos también estamos cansados y frustrados de ello. Somos médicos quienes vemos nuestros conocimientos burlados. Todos los días atendemos pacientes a los que les dejamos cita para seis semanas que se transforman en seis meses, y es hasta ese momento que nos enteramos que el medicamento que indicamos no hubo en existencia y el examen ordenado no se tomo porque el aparato no funciona o simple no hay reactivo y están en lista de espera.
¿Cómo brindar una buena atención cuando nosotros los médicos así como los pacientes nos sentimos con manos atadas para cambiar las cosas?
Vemos pacientes en cupos extras lo cual no representa para nosotros un aumento en nuestro salario, buscamos muestras medicas gratis para regalarles a nuestros pacientes y así suplir las carencias de los hospitales en los que trabajamos, buscamos la manera para que el examen se haga con otro aparato disponible pero que se haga.
El paciente al terminar la consulta cierra la puerta y a nosotros se nos viene encima la frustración de saber que si este sistema funcionara y las autoridades de verdad se preocuparan, el salvadoreño que busca nuestra ayuda en su enfermedad no sufriría un calvario que no siendo nuestra culpa, se han encargado de achacárnoslo.
Todos los días salimos corriendo a otro trabajo, la mayoría necesitando 12 horas diarias para poder cubrir nuestros gastos y los de nuestra familia.
Nosotros trabajamos con vidas humanas, razón por la cual no deberíamos ir acumulando cansancio físico y mental. Lo hemos repetido incansablemente a las diferentes autoridades. Pero tenemos un abismo salarial que nos demanda más de 8 horas diarias de trabajo y jamás entienden el significado de nuestro sueldo miserable y peor aún… Jamás han hecho nada por entenderlo.
Me pregunto… ¿Cómo un gobierno puede hacerle oídos sordos a esta realidad? ¿Cómo puede decir que nosotros los médicos dejamos de ser humanos si hacemos nuestra labor en condiciones precarias? ¿Cómo pueden ignorar nuestra petición de una nivelación salarial tan merecida?
Es triste ver a compañeros nuestros ahora más políticos que médicos, llenándose la boca de ataques hacia nosotros y mentiras a la población. Podría hacer una larga lista de nombres pero se los dejo a ustedes para que los reconozcan cuando aparezcan en los medios de comunicación.
Próximos gobernantes de nuestro país, escuchen a su pueblo, escuchen a su gente. Nosotros no hemos perdido nuestra humanidad, no nos dejen perder la esperanza.
Presten un oído a lo que hablan ministros y directores elegidos por ustedes, para que ellos les hablen de las “grandezas” que los mantendrán a ellos en sus puestos, pero presten el otro oído a los trabajadores, acérquense y escuchen la realidad, ya que solo de esa manera se puede cambiar un país.
Nosotros que no cuidamos un puesto político, sino que luchamos día a día por salvar vidas, les hablaremos con la verdad, puede no gustarles lo que oigan pero es nuestra realidad.
No callen nuestra voz como gobiernos pasados.
Si nos esforzamos por acercarnos a ustedes, no menosprecien el esfuerzo, bien dicen que la inteligencia radica en aquel que sabe escuchar hasta el murmullo del viento y logra interpretarlo.
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