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Violadores de derechos en la UES

Por Fredis Pereira
Master en Administración y Gerencia Pública

Las autoridades de la Universidad de El Salvador (UES) se dedican a violar los derechos como hábito de un verdadero sinvergüenza. Mientras destinan fondos públicos para conmemorar lo que llaman “héroes y mártires” del 25 y 30 de julio de 1975, también se dedican a violentar los derechos de los miembros de la comunidad universitaria, siguiendo la tradición de los enemigos de la UES. Así, los “héroes y mártires” son utilizados, por estos sinvergüenzas, para obtener dinero fácil y derrocharlo sin sentido.

Estos violadores de derechos han sido condenados reiteradamente por diversas instancias del órgano judicial. La Sala de lo Constitucional solo en el año 2019 emitió diversas resoluciones a partir de demandas de amparo interpuestas por miembros de la comunidad universitaria. Por ejemplo, el caso promovido en el proceso de Amparo Ref. 283-2017, contra las actuaciones del rector y el fiscal general de la Universidad de El Salvador.

Esta situación no es nueva, pues para el año 2007, el profesional Franklin Antonio M. V. demandó a la UES ante la Sala de lo Contencioso, en el proceso contencioso Ref. 290-2007, porque no se le contrató a pesar de haber ganado mediante concurso una plaza por ley de salarios. En todos estos casos, la UES ha salido perdiendo por estos sinvergüenzas que la gobiernan.

Los violadores de derechos insisten en violentar derechos en la UES mientras el pueblo se divierte y se distrae. Durante los XXIV Juegos Centroamericanos y del Caribe, las autoridades de la UES aprovecharon para violentar el derecho al acceso a la información pública. Tomaron un acuerdo ilegal que limitaría el acceso a la información pública, con la complicidad del Instituto de Acceso a la Información Pública (IAIP). Les pareció fácil decir que había una causal de fuerza mayor que les impedía responder a las solicitudes de los  ciudadanos, cuando en realidad, es que no tomaron las providencias y diligencias para cumplir con la obligación.

Desde el año 2021 se supo que los juegos se realizaría en El Salvador, y luego que la UES sería ocupada como villa olímpica, pero  a pesar de eso, las autoridades de la UES prefieren culpar al Comité Organizador de los Juegos Centroamericanos y del Caribe San Salvador 2023, que preside Yamil Bukele, por supuestamente no facilitarle las condiciones para cumplir con la obligación de garantizar el derecho al acceso a la información pública a los ciudadanos.

El periodo de limitación al acceso a la información pública fue aprovechado para violentar otros derechos contra los miembros de la comunidad universitaria. Descubriéndose el hábito de violadores de derechos, sus actos aparecieron en los medios de comunicación, por ejemplo, con este titular: Denuncian más de 270 despidos “arbitrarios” en Universidad de El Salvador. Esta grosería se suma a otras más, que se han realizado en el primer trimestre del año 2023, cuando más de 200 docentes denunciaron que las autoridades de la UES no les pagaban el salario devengado. Aunque duele admitirlo, pero violentar derechos laborales es un cáncer crónico en la UES, pues por ejemplo, el 17 de diciembre de 2020, se denunciaba el hecho que las autoridades de la UES no habían cumplido con las obligaciones patronales, bajo el titular: la dantesca Navidad que nos regala la UES.

Estos violadores están dentro del Estado salvadoreño, aprovechándose de la libertad que les facilita la autonomía universitaria, así la autonomía se utiliza para violentar derechos en impunidad contra los estudiantes y los demás miembros de la comunidad universitaria, y tal parece que el gobierno de Nayib Bukele no está interesado en el asunto, aunque tiene poder para cambiar esta historia.

 

Estas violaciones impunes contra los estudiantes puede explicar, porque a pesar de que las autoridades de la UES manifiestan que la marcha del 30 de julio es liderada por estudiantes, los 61,410 estudiantes inscritos en la UES no se suman a la marcha del 30 de julio de 1975, sino que las autoridades violadoras de derecho salen en la marcha sin apoyo de la mayoría de estudiantes.

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