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Cada 13 de mayo se celebra en todo el mundo la Fiesta de la Virgen de Fátima, en memoria de su primera aparición en Cova de Iría, Portugal, en 1917. Los Heraldos del Evangelio tomaron la iniciativa de que la imagen de la Virgen recorriera en helicóptero el territorio salvadoreño, para dar su bendición, especialmente en estos momentos difíciles en que el mundo enfrenta la pandemia del COVID-19.
Se pidió a los feligreses que, sin salir de casa, saludaran a la Santísima Virgen en su día, con un pañuelo blanco o con un espejo haciendo juego de luz con el sol, además de acompañar a los Heraldos del Evangelio con el rezo del Santo Rosario, pidiendo a la virgen por todas las aflicciones, en especial la protección contra la pandemia del coronavirus.
Los Heraldos del Evangelio manifestaron que con la bendición de la corona de la Virgen de Fátima inició el recorrido aéreo de la imagen, lo cual significa como si cada salvadoreño la coronara en su casa; “es la bendición para que cada salvadoreño se sienta protegido por el poder de la reina del cielo, el rosario es el arma que ella tanto pidió en Fátima que se rezara”, reiteraron.
El padre Edwin Henríquez, director de Televisión Católica Arquidiocesana hizo un llamado a los feligreses a rezar el rosario y honrar a la madre de Dios en el 103 aniversario de su aparición en Fátima, y de una manera especial cuando el mundo se enfrenta al COVID-19.
“Es María que viene a nuestras casas, honrémosla con el rezo del santo rosario, ella nos espera; cuando rezamos el rosario ella viene a nuestra vida, has la prueba y no dejes pasar este día de rezar y honrar a la Virgen María”, señaló el religioso.
Este año se conmemora el 103 aniversario de cuando la Virgen María se le apareció a Lucía, Jacinta y Francisco, los niños pastores que contemplaban a una señora vestida de blanco, más brillante que el sol. La señora abrió sus manos y los niños cayeron de rodillas y repitieron humildemente: “Santísima Trinidad, yo te adoro. Dios mío, Dios mío, yo te amo en el Santísimo Sacramento”.
La Virgen de Fátima finalmente les pidió rezar el rosario todos los días para alcanzar la paz del mundo y el fin de la guerra, los siguientes meses los niños acudieron las veces que la Virgen los llamaba, pero tuvieron que pasar por burlas, calumnias, amenazas y la cárcel por la incomprensión de la gente.
Poco después, Francisco y Jacinta fallecieron con dolorosas enfermedades, con el tiempo la iglesia reconoció las apariciones milagrosas y la devoción a la Virgen de Fátima se expandió por todo el mundo.
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