Rolando Alvarenga
@DiarioCoLatino.com
Houston, en el estado de Texas, es una de las ciudades más grandes e impresionantes de los Estados Unidos. Es una especie de Torre de Babel en donde convergen millones de chicos y grandes de todas las razas y nacionalidades.
Su mega infraestructura de freeways permite diariamente el rodaje de millones de autos livianos y vehículos pesados desplazarse a toda velocidad por los cuatro puntos cardinales de la famosa y célebre Ciudad Espacial.
A toda hora y con la aceleración como el plato fuerte, aquello parece un hormiguero de alta tensión.
Pero más allá del ruidoso y estresante transporte de todos los días, Houston también tiene sus grandes atracciones turísticas que generan millones de dólares en ingresos a las arcas, tanto como su industria, comercio y deporte.
Sin dejar por fuera la parte religiosa, en donde una de sus principales iglesias es la de Lakewood, que pastorean Joel Olseen y su esposa, Victoria. Con una numerosa membresía, lo novedoso de esta iglesia es que su sede es el antiguo gimnasio de Los Rockets, de la NBA, con capacidad para unas 12 mil o 14 mil personas, dotado de una alucinante tecnología.
Entre sus principales y más novedosas ofertas turísticas destacan el Centro Espacial de Houston, -sede de las instalaciones de la NASA- y un tributo al pasado, presente y futuro de la Carrera Espacial de los Estados Unidos.
Durante el recorrido, el visitante se siente efectivamente en el espacio y allí se encuentra la galería alusiva al primer aterrizaje del hombre en la Luna, el 20 de julio de 1969. Misión histórica y trascendental bajo la simbología del Águila, que fue nominada Apollo 11 y comandada por Neil Armstrong, acompañado por Buzz Aldrin y Mitchell Collins. Tras consumar la hazaña (de poner un pie en la superficie lunar), las primeras palabras de Armstrong fueron: “Es un pequeño paso para el hombre, pero un gran salto para la humanidad”.
Además, están el Museo de Ciencia Natural, que exhibe toda clase de esqueletos de los protagonistas del Parque Jurásico; el zoológico con animales para todos los gustos, encabezados por los gorilas y unas vacas y bueyes con unos cachos que meten miedo.
También el Acuario con efectos del fondo del mar, en donde la gran curiosidad resulta ser un Tigre Blanco de Bengala, que normalmente no tendría que estar en el Acuario, pero que atrae más espectadores que los peces y el Museo de las momias milenarias traídas de todas las partes del mundo y que no permiten (las momias) la utilización de flash a la hora de fotografiar. Moraleja. Sí algún día se encuentra en Houston, no deje de visitar estas maravillas de la vida real.
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