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Vivimos atrapados en un sistema de desigualdad que debemos romper

Lourdes Argueta
Abogada

Mientras pocos tienen resuelta su vida, las grandes mayorías deben sobrevivir con poco, lo cual es reflejo del colapso del modelo económico imperante y el fracaso de las políticas neoliberales en sus distintas formas de implementación, y que conllevan sistemáticamente a la recomposición, modernización y sofisticación de sus formas de manipular los hilos que mueven la economía a nivel mundial.

Ese esquema de reproducción y perfeccionamiento del sistema no es para resolverle los problemas a la humanidad, sino para seguirse presentándose con la cara “lavada” para perpetuar su dominio total.

De esto se benefician únicamente las grandes elites financieras, económicas, industriales y comerciales, que a través de sus instrumentos como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y otros, ejercen una gran presión a los gobiernos de países “en desarrollo” y con economías dependientes, a los que están acostumbrados a imponerse para hacer viable el sistema. Esta condición ha llevado a los guardianes de los intereses del sistema imperial, a enfrentamientos a gran escala con naciones y pueblos en resistencia y que promueven vías alternas a esa cadena de dominación.

Con satisfacción conocemos el buen desarrollo del proyecto de los BRICS+ que cada vez suman a mas naciones y consolidan nuevas formas de entablar relaciones comerciales más justas y horizontales, lo cual permite que cada país participante tenga un beneficio directo que pueden canalizar a sus pueblos. Hoy, los BRICS+ están más fortalecidos porque el yuan ha superado al euro y se convierte en la segunda moneda de financiación comercial a nivel global. Sabemos el potencial de la economía china, que puede llegar a desplazar a la actual primera potencia mundial.

Mientras esto ocurre, en la periferia Estados Unidos mantiene a muchos gobiernos arrodillados al poder imperial mediante diversos mecanismos de control y políticas de intromisión sistemática en asuntos de orden interno. Nuestro país no es la excepción, por más campañas que pinten desde la Presidencia de que somos un país en vías de desarrollo y pretenda aparentar progreso y prosperidad para obtener reconocimiento mundial.

El contraste a esa campaña es que en lo concreto somos un país altamente endeudado con el sistema financiero internacional, con un gobierno incapaz de implementar por lo menos una política real y sostenible para hacer productivo el sector agropecuario y dinamizar la economía nacional para encaminarnos a una soberanía alimentaria y romper con la dependencia de la importación y lograr mayor control en la regulación de precios de productos primarios.

Sin embargo, lograr lo anterior es salirse de la lógica del mercado que impone el sistema capitalista, que se fortalece por la implementación de políticas económicas que no cuestionan ni confrontan a los intereses de los grandes monopolios comerciales. Por eso, resulta hasta ofensivo como en nuestro país los funcionarios mienten impunemente para generar una percepción de prosperidad y bienestar, con la que fingen estar haciendo por la población.

Es patético que el presidente escriba en sus redes sociales que los precios de los alimentos han bajado, cuando todos sabemos que no es cierto, y que solo es parte de su campaña para promover los Agro Mercados, con los que según el ejecutivo van a resolver el alto costo de vida. Duele ver como su incapacidad y falta de un interés real en la producción nacional han retrocedido los avances en la recuperación del tejido productivo que en años anteriores permitió mantener estabilidad de precios de alimentos en el país.

No invierten en agricultura porque no es “rentable”, lo ven como un gasto, porque el beneficio no sería para la argolla de poder enquistada en el gobierno, sino para la población.

Derrochan más en publicidad, para mantener popularidad. Ahora resulta que los Agro Mercados son la solución, cuando es evidente que no dan abasto a la demanda alimenticia que hay en el país; basta ver las grandes filas de personas que buscando un modesto descuento hacen tiempo para lograr comprar en los canopies de los Agro Mercados, ubicados en algunos cuantos lugares. Esto lo que evidencia es el fracaso del gobierno en agricultura, porque los comerciantes hacen reventa de productos importados, y así es difícil que logren controlar los precios. Esa reventa es la forma de subsistencia de muchos comerciantes para los que la estrategia de los Agro Mercados es vista con una especie de recelo. porque les disputa a clientes.

Sería necesario, por razones de transparencia, que el gobierno informe quienes son los proveedores directos de los Agro Mercados, si hay algún tipo de incentivo o estimulo por parte del gobierno para garantizar que tengan alguna rebaja los productos que venden, si es que hacen reventa o si son productores directos.

Sabemos lo caro que resulta producir en el país, que no es lo suficientemente rentable por el nulo interés del gobierno de apoyar para eliminar el IVA a los insumos agrícolas, regular el costo de alquiler de tierra para campesinos o impulsar un proyecto de entrega de tierras para la producción y garantizar un mercado justo para los productores.

Es natural que se cuestione la falta de transparencia del ejecutivo en cuanto a esta medida de los Agro mercados, porque no solo se presta al trato preferencial hacia algunos productores o comerciantes sobre otros, a quienes además les hacen publicitad en detrimento de los comerciantes de reventa, lo cual no solo seria “competencia desleal” dentro de las reglas del mismo mercado, sino que puede haber otras prácticas irregulares. Además de ello, limita contar con más elementos para medir la capacidad de que sea una propuesta seria. Sabemos que pasaran un quinquenio más en puro cuento.

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