Josefina Pineda de Márquez
Escritora y maestra
La redundancia es un vicio de dicción que consiste en el uso de palabras innecesarias para la comprensión de lo que quiere expresarse. La redundancia es muy empleada en el habla popular, familiar y hace gracia muchas veces. «Yo misma lo he visto y con mis propios ojos». Lo oímos tan natural.
La redundancia es rechazable cuando no añade algún matiz aclaratorio en expresiones formales y sobre todo en publicaciones o documentos elaborados para actos oficiales o de publicidad comercial. Ahí sí es un vicio de dicción, pero cuando lo usamos para engalanar nuestra expresión, darle énfasis o que se sienta más bonito, gracioso, o cuando hacemos poesía pues este vicio se vuelve una figura retórica que se llama PLEONASMO.
El vicio es REDUNDANCIA. La figura retórica es PLEONASMO.
¿Cuándo usamos el vicio y cuándo la figura retórica?
Vicio: Salí afuera. Subí arriba. Mirar con los ojos. Aplaudir con las manos, Abracé con mis brazos al desposeído, etc.
En el habla popular se escuchan redundancias que ya son figuras retóricas.
–»Mírame con esos ojos tuyos que me tienen loco»
–»Vengan, miren, vean en medio de la calle ha caído una estrella»
–»Un bruto energúmeno golpeaba a la mujer»
–¡Cállese la boca, malcriado!
–Volaron por los aires infinidad de globos multicolores.
–No, no puedo estar contento de mí mismo.
Pero son los poetas, por supuesto, los que emplean el PLEONASMO y nos complacen con su belleza.
El PLEONASMO usa vocablos innecesarios da énfasis y expresividad a lo que se dice.
Ejemplos:
– Ciego que nada ve, ¿quiere hacer una merced? (Romance de La Virgen y el ciego.)
–Ya ejecuté, gran señor, tu justicia justa y recta». (El burlador de Sevilla, Tirso de Molina).
Lo máximo en esta figura retórica llega al punto que hasta hubo de cambiarle nombre. Ya es abuso de la figura retórica. Se llama satismo (por el sátrapa persa que lo dijo por primera vez y que combatió en Maratón) y consiste en la repetición de un término para darle fuerza a la expresión.
«Hay que buscar el triunfo, la victoria, el renombre, la gloria, la fama…»
Es por supuesto necesario recordar que el PLEONASMO es figura retórica. Los poetas lo usan y hay belleza en ello. Veamos
De Juan Ramón Jiménez:
Allá arriba de aquel cerro
hay un lindo naranjal
que lo cuida un pobre ciego,
pobre ciego que no ve.
Hasta pronto.
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