César Ramírez
@caralvasalvador
Parece un tema utópico después de 26 años de los Acuerdos de Paz de 1992, la reunificación no se ha logrado en su totalidad, puesto que cada evento electoral y la fragmentación artificial impuesta por las diferencias económicas, el acceso a los medios de comunicación privados, la interpretación arbitraria de la Sala Constitucional, la oposición férrea al desarrollo nacional por el acceso a bonos internacionales y empréstitos, la reforma al sistema de pensiones, el complejo modelo impuesto electoral, etc., no cohesionan a la sociedad hacia una “reunificación” sino que la dividen en una sociedad de extremos irreconciliables, con la resultante de un territorio y dos naciones, dos fuerzas, dos polos antagónicos que distan mucho de un encuentro racional.
Aún vivimos la guerra fría en la nación, de esa manera la cantidad de falsedades divulgadas por los medios de comunicación de las derechas hacen festín con: presunciones, verdades a medias y mentiras absolutas, las cuales a pesar de rebatirse legalmente el desmentido y corrección es mínimo.
¿Es necesario continuar los siguientes treinta años de la misma manera que las décadas pasadas? Hablamos de tres generaciones de salvadoreños que continuarán con un presagio fatalista, sin carreteras rurales, sin recursos para hospitales, medicinas, educación, seguridad, etc., todo ello debido a la obstinada opción conservadora que considera que todo proyecto social es un derroche de dinero y comunista, como si los desayunos escolares, los zapatos, uniformes, alfabetización, ciudad mujer, etc., no constituyeran un verdadero signo de dignidad para los niños y jóvenes.
La reunificación de la nación es un concepto perseguido por el Acuerdo de Paz, expuesto desde Ginebra el 4 de abril de 1990: a) Terminar con el conflicto armado por la vía política; b) Impulsar la democratización del país; c) Garantizar el irrestricto respeto a los derechos humanos y d) Reunificar a la sociedad salvadoreña… Me parece que el término “reunificar” se encuentra más cerca de las reformas constitucionales, la defensa de un sistema económico justo, el desarrollo nacional, la racionalidad, que el modelo oligárquico del siglo pasado. El desarrollo nacional no es comunismo, las reformas constitucionales son necesarias, los niños merecen un mejor futuro que nuestra realidad del siglo pasado, etc., por ello mi voto será por el FMLN, coincido con: Acuerdo de El Salvador: en el camino de la paz: “la reunificación de la sociedad salvadoreña, en democracia tiene como requisitos el desarrollo económico y social sostenido del país… Acuerdo de Paz Chapultepec Naciones Unidas pág. 80”.
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