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VOX y su nueva internacional golpista de la ultraderecha 

Isaac Bigio
Analista Internacional
La extrema derecha ha creado el Foro de Madrid para organizar a las fuerzas que quieren derrocar a todos los gobiernos «progresistas» de lo que VOX llama «la iberosfera» (la esfera de influencias de la Iberia castellana), la misma que quiere expandirse a todos los países hispano-hablantes, a Brasil y Portugal.
Su primer objetivo: unir a los golpistas que quieren deponer al último gobierno electo de la izquierda iberoamericana.
Antes que el presidente peruano Pedro Castillo cumpliese dos meses en su cargo y, apenas retornaba el 22 de septiembre de su gira por México y EEUU, llegaba a Lima una delegación del partido más ultraderechista y profranquista del Parlamento español.  La comitiva de VOX vino a la capital del país que viene festejando el Bicentenario de haber proclamado su independencia precisamente ante Madrid para pedirle que suscriba la «Carta de Madrid» y crear un Foro contra el «narco-comunismo» y «narco-socialismo» bajo la égida de la capital de la antigua monarquía imperial.
VOX quiere estructurar el Foro de Madrid, una nueva organización internacional que compita contra el izquierdista Foro de Sao Paulo y el centro-izquierdista Grupo de Puebla para promover el fin de la Comunidad de Estados de Latino América y el Caribe (CELAC) y la caída o el derrocamiento de todo Gobierno que se reclame como «progresista», al cual ellos equiparan como una forma de «comunismo». Y su visita tuvo cierto éxito porque consiguieron casi una cincuentena de personalidades que suscriba su carta, lo que representa entre un cuarto y un quinto de sus poco más de 200 signatarios provenientes de algunas decenas de países.
VOX, que fue el partido que más había querido que el euro Parlamento desconozca las elecciones peruanas y patrocine un golpe, ha logrado que la mayor cantidad de firmas a su «Carta de Madrid» se encuentren en Lima. Congresistas de Fuerza Popular (FP), Alianza Para el Progreso (APP), Avanza País (AvP) y Renovación Popular (RP), además de otros líderes políticos y empresariales, han transformado al «Damero de Pizarro» en el principal reducto de este nuevo «Foro de Conquistadores», cuyos principales promotores reivindican el rol civilizador castellano de la invasión y destrucción de las culturas amerindias y promueven la discriminación al feminismo, al Islam, a los inmigrantes (particularmente africanos), a las minorías nacionales y sexuales, y a los derechos de la mujer.
Si cuando vino Evo Morales la gran prensa se dedicaba a seguirlo al milímetro cuestionando donde se alojaba o comìa o con quién se reunía, hoy estos mismos medios le han dado poca cobertura a la gira de VOX. Las mismas bancadas ultraderechistas que quisieron declarar como «persona non grata» al ex Presidente constitucional de un país vecino, son quiénes se reunieron con VOX y hasta han decidido sumarse a su «Foro de Madrid».
La Carta de Madrid
Esta sostiene que «Más de 700 millones de personas forman parte de la Iberosfera (…) Sin embargo, una parte de la región está secuestrada por regímenes totalitarios de inspiración comunista, apoyados por el narcotráfico y terceros países. Todos ellos, bajo el paraguas del régimen cubano e iniciativas como el Foro de Sao Paulo y el Grupo de Puebla, que se infiltran en los centros de poder para imponer su agenda ideológica.»
El concepto de Iberosfera no existe en ningún diccionario y es una creación de VOX quien lo identifica con un mapa de todo el hemisferio de las Américas encapsulado dentro del mapa de la península ibérica. Desde 1949 existe la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) fundada por todas las naciones de habla hispana, portuguesa y catalana, y desde 1991 hay las cumbres iberoamericanas (que incluyen a Latinoamérica, España, Portugal, Andorra y Guinea Ecuatorial, y en la cual apuntan a estar seis Repúblicas de lengua oficial portuguesa en África y Asia, y posiblemente Filipinas). Este concepto trata por igual a los países de lengua ibérica con Latinoamérica.  «Iberosfera» es un planteo que puede verse como Iberia y su esfera de influencia (sus dependencias), algo que encaja con la visión de VOX, la de ver al resto de países que fueron conquistados por los ibéricos como naciones que fueron – según ellos-  «civilizadas» por ellos.
La afirmación que hacen en el sentido de que una parte de dicha región está «secuestrada por regímenes totalitarios de inspiración comunista» es intencionalmente difusa, pero es claro que no solamente se refiere a Cuba (el único país occidental regido por un partido comunista) o a Venezuela y Nicaragua, sino que también pudiese extenderse a Bolivia, Perú, México, Argentina, Portugal y España, pues todos estos Estados están gobernados por partidos adscritos al centro-izquierdista Grupo de Pueblo o al Foro de Sao Paulo.
Llama la atención el hecho de que a todos ellos se les coloca como asociados al narcotráfico, cuando el principal país que exporta droga (Colombia) y el que la importa y distribuye (EEUU) nunca han tenido Gobiernos algo izquierdistas. En Perú, México y Centroamérica las drogas y las bandas criminales se han potenciado con mandatarios derechistas.
Tal como lo afirma Sebastián Abascal Conde, el líder de VOX y promotor de dicha Carta, su objetivo es estructurar un foro bien organizado para que haga contrapeso al Foro de Sao Paulo y al Grupo de Puebla. El primero nació en 1990 en el país que concentra a la mayoría de los habitantes y del territorio de Suramérica y como una iniciativa del Partido de los Trabajadores, de Lula, para reunir a la izquierda socialista, laborista, comunista, sandinista y bolivariana de Latinoamérica y el Caribe, en tanto que el segundo surgió en la República hispanohablante más poblada en 2019 como una iniciativa del nacionalista Andrés Manuel López Obrador (AMLO) para unir a los sectores más moderados de la izquierda con los más radicales del centro y del liberalismo iberoamericanos (incluyendo España y excluyendo al Caribe de habla inglesa, francesa u holandesa).
Hay algunas figuras, como Rafael Correa, Lula y Dilma Rousseff que están en ambos bloques, pero el presidente peronista argentino Alberto Fernández y el ex presidente liberal colombiano Ernesto Samper solo se encuentran en el Grupo de Puebla, y los comunistas, sandinistas y bolivarianos no están allí sino solo en el Foro de Sao Paulo. En este último no se encuentran movimientos anticapitalistas como el Frente de Izquierda, de Argentina, que en las recientes elecciopnes nacionales primarias del 12 de setiembre obtuvo el 7.6% de los votos.  Mientras los trotskistas, anarquistas y guerrilleristas peruanos no están en ninguno de estos dos bloques, Verónika Mendoza es la única peruana en suscribir el Grupo de Puebla y los partidos comunistas Patria Roja y Unidad, así como Perú Libre  y los humanistas están en el Foro de Sao Paulo.
VOX y sus socios del Foro de Madrid, al acusar al Grupo de Puebla de impulsar «regímenes totalitarios de inspiración comunista, apoyados por el narcotráfico y terceros países», extienden esta caracterización a Gobiernos como los del peronismo argentino, los que tuvieron el Frente Amplio uruguayo o la Concertación socialdemócrata/socialcristiana chilena, el nacionalismo mejicano y hasta el liberalismo colombiano tradicionalmente asociado con la centroderecha.
Es curioso que se refieran a Castillo como «comunista autoritario» cuando él, al igual que Fernández o Samper, nunca se ha proclamado ni siquiera socialista o antiimperialista y mantiene la democracia multipartidaria y el modelo económico monetarista que rige desde hace 3 décadas. Castillo es tan «dictador» que tolera que la oposición controle más de 2/3 del Congreso y casi toda la prensa diaria y televisiva, mientras que el poder judicial ha allanado los locales del Partido de Gobierno y busca encarcelar a su Secretario General.
VOX no es el único que quiere crear una internacional opuesta a la izquierda.
Mario Vargas Llosa y el Partido Popular, de España, patrocinaron un “encuentro iberoamericano por la libertad” dos semanas antes de la segunda vuelta presidencial peruana del 6 de junio en la ciudad de Quito, en la cual estuvieron el nuevo presidente ecuatoriano, Guillermo Lasso, y su homólogo colombiano Iván Duque. A este fue invitada Keiko Fujimori, pero la justicia no la dejó salir del país por estar prontuariada (aunque, paradójicamente, sí le permitieron candidatear para ser jefa de Estado). Mientras el bloque iberoamericano del PP sí ha logrado arrastrar a decenas de líderes que están o han estado en la Presidencia de algún país hispanohablante, VOX nunca ha conseguido ninguna personalidad de dicha liga.
Keiko Fujimori dejó que firmen la Carta de Madrid a varios de los dirigentes de Fuerza Popular como sus dos excandidatos a la vicepresidencia:  Luis Galarreta (secretario general del partido) y Patricia Juárez, Hernando Guerra García (vocero de su bancada) y otras figuras más como sus otros directivos: Eduardo Cillóniz, Eduardo Lizarzaburu y Rosángela Barbarán, pero ella no quiso hacerlo para no desligarse del bloque que está construyendo con Vargas Llosa y arriesgar sus posibilidades de ser aceptada por la derecha «oficial» europea.
Javier Bedoya, teniente alcalde de San Isidro, es también otro de los firmantes. No obstante, ni Lourdes Flores ni nadie del Partido Popular Cristiano fundado por el recientemente fenecido Luis Bedoya ha querido suscribir dicha carta. Esto debido a que formalmente el PPC es miembro de la Internacional Socialcristiana, la cual es el eje del Partido Popular Europeo, el más importante en el euro Parlamento. Tampoco ningún aprista ha firmado dicho documento pues ellos formalmente conforman la Internacional Socialista junto con el Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) que acaba de quedar primero en las elecciones federales germanas del 26 de setiembre.
A pesar que el APRA y el PPC han promovido la candidatura de Keiko Fujimori y el desconocimiento de los resultados de las elecciones generales peruanas, y todo eso los une al Foro de Madrid, ellos no quieren unirse formalmente a dicho bloque para no perder sus históricos lazos con las internacionales a las que están afiliados. Lo más paradójico es que dichas internacionales han repudiado los intentos de condenar a la segunda vuelta peruana como si fuera un fraude y de desestabilizar al Gobierno electo, mientras que ninguna de ellas quiere saber nada con el VOX, y en Alemania ninguno de los partidos que han entrado al Parlamento quiere dialogar con la ultraderecha xenofóbica que obtuvo el décimo de los votos (Alternativa por Alemania o AvD), con el cual VOX abiertamente simpatiza.
En Perú las secciones oficiales de las internacionales socialdemócrata y socialcristiana siguen una línea inversa, pues no solo pactan con la extrema derecha (la cual, a diferencia de la de Europa, sí ha estado en el poder y ha impuesto una dictadura muy represiva), sino que se han convertido en sus principales organizadores de marchas golpistas para llevarles al poder.
VOX
Este es el partido de la ultraderecha españolista. Se creó en diciembre de 2013 como una escisión extremista y filo-fascista del Partido Popular, la fuerza de la derecha castellana que se viene alternando en el poder con el Partido Socialista Obrero Español (PSOE).  Recordemos que el PP apuntaló al golpe militar del 11 de abril en Venezuela que depuso por poco tiempo al Presidente  constitucionalmente electo Hugo Chávez.
VOX ha venido representando a los sectores más socialmente conservadores, homofóbicos, centralistas y antiinmigrantes de la derecha. Se han diferenciado del PP en su hostilidad al aborto, a los derechos y matrimonios gays, a los musulmanes e inmigrantes, y al nacionalismo de los catalanes y vascos. VOX no quiere transar con los grupos que tomaron las armas contra el franquismo y quiere abolir las comunidades autónomas.
No solo que se oponen a que los catalanes tengan derecho a la autodeterminación o a un referendo para ver si quieren separarse de Madrid (y convertirse como una República independiente, así como la que el Perú y otros países hispanoamericanos crearon hace dos siglos), sino que llaman a abolir toda forma de autonomía. Piden proscribir a los partidos separatistas, incluyendo a la Izquierda Republicana Catalana que gobierna legalmente a dicha nación. Se inspiran en el franquismo aunque aún no llegan a pedir la abolición o persecución de las lenguas nativas catalana, gallega o vasca.
Cuando el Gobierno socialista de Pedro Sánchez quiso mover la tumba del Generalísimo Franco desde el Valle de los Caídos a un sepelio normal fuera de este lugar tan lleno de víctimas republicanas, ellos se opusieron. VOX no quiere romper con Franco, el peor tirano fascista que haya tenido Iberoamérica, quien fue responsable de un  holocausto que generó más de medio millón de muertos, y que transformó a su país en un campo de experimentos de los nazis de Hitler y los fascistas de Mussolini, a quienes se les incentivó a bombardear a sus civiles y así preparar las condiciones para la II Guerra Mundial (la guerra civil española fue el prólogo a la peor carnicería de la historia universal).
Franco hizo que su país sea el único de toda Iberoamérica que no tuviese una República y cuyo jefe de Estado nunca sea electo. La monarquía fue reestablecida sin mediar ningún referéndum.
VOX ha sido acusado de incitar el odio contra las minorías sexuales, religiosas y nacionales. Su posición ante la República Árabe Saharaui Democrática (a  la cual Castillo recién acaba de reconocer) demuestra sus propuestas de restablecer el imperio colonial. VOX no quiere que este Estado exista sino que sus territorios, que están en el oeste africano (y que hoy Marruecos ha parcialmente invadido y cercado) sean retornados a su monarquía europea.
VOX se opone a las pretensiones de Marruecos en el mar cercano a las Islas Canarias, al hecho que Ceuta Y Melilla (las dos ciudades autónomas españolas en la costa marroquí, las cuales tienen poblaciones de idioma árabe y religión musulmana) hayan oficializado celebraciones religiosas mahometanas, y a cualquier concesión al Islam y a las autonomías. VOX quiere el retorno a la monarquía centralista y se asocia con otras corrientes europeas que llaman a una cruzada racista contra la penetración del Islam.
VOX propone un extremo conservadurismo social basado en el repudio al liberalismo social, al feminismo, al matrimonio igualitario, al aborto y a la eutanasia; y en reivindicar el uso personal de armas de fuego y deportes sangrientos con animales como las corridas de toros. Tiene muchos elementos de clericalismo católico, al mismo tiempo que quiere reducir la cantidad de impuestos a grandes corporaciones y promover una economía con menor intervención del Estado. Han llegado a negar el rol de la humanidad y el de las empresas extractoras en el deterioro de la fauna, flora y el medio ambiente del planeta.
Sin embargo, la peor afrenta que VOX haya hecho a nuestros pueblos es la celebración del mayor genocidio cometido en la historia universal, al cual ellos saludan como una gran obra civilizadora de su monarquía.
Con el genocidio de nuestros ancestros
Este 13 de agosto los americanos recordamos con pesar los 500 años desde que en esa fecha de 1521 los conquistadores arrasaron la mayor ciudad del «Nuevo Mundo». Hasta entonces Tenochtitlán era una ciudad más grande, limpia, productiva, rica y ordenada que cualquier urbe europea, pero las huestes de Hernán Cortés la destrozaron y saquearon para fundar sobre sus escombros lo que hoy es la mayor metrópolis del hemisferio: México.
Unas dos décadas antes Colón inició el exterminio de millones de personas en el Caribe, y unas dos décadas después Pizarro empezó a hacer lo mismo con los pueblos de los Andes y del Perú. Las tropas castellanos causaron el mayor genocidio de toda la historia universal, superior al que produjeron  las hordas de Gengis Khan, los esclavizadores de africanos y luego los autores de los holocaustos en las dos guerras mundiales. En pocas décadas fueron aniquilados entre el 90% al 98% de los 100 millones de nuestros ancestros, que poblaban este hemisferio en el cual tenían raíces desde hacía por lo menos 20 mil años antes.
Para quienes tenemos antepasados dentro de esos pueblos nativos o de los esclavos africanos que los invasores trajeron, esto fue una gran tragedia. En cambio, estos hechos han sido celebrados como una gran hazaña por los partidarios de la conquista. Y el único partido español que ha reivindicado el rol “civilizador” de su imperio ha sido VOX.
Mientras el recuerdo de la masacre de Cortés desataba indignación dentro de los descendientes de los amerindios, VOX tuiteaba festejando este hecho, como si fueran nazis saludando las cámaras de gas contra los semitas, gitanos y eslavos; o los fanáticos otomanos  el acuchillamiento masivo de los armenios y cristianos turcos, o los ghenocidas hutus el casi exterminio de los tutsis de Ruanda.
Este fue el tuit de VOX: “Tal día como hoy de hace 500 años, una tropa de españoles encabezada por Hernán Cortés y aliados nativos consiguieron la rendición de Tenochtitlán. España logró liberar a millones de personas del régimen sanguinario y de terror de los aztecas. Orgullosos de nuestra Historia”.
La capital azteca fue completamente arrasada hasta querer extirpar todo vestigio de esta. Su destrucción fue precedida por el aniquilamiento de casi toda su población mediante los virus, las pestes y el fuego. Los mexicas previamente habían expulsado a los invasores, pero no pudieron con microorganismos más letales que el COVID-19, ante los cuales ellos no tenían inmunidad biológica (cosa que sí tenían los europeos y sus esclavos africanos acostumbrados a convivir con los virus de sus ganados durante milenios).
España no «Logró Liberar A Millones De Personas Del Régimen Sanguinario Y De Terror De Los Aztecas», sino que simplemente exterminó a millones y decenas de millones de nativos americanos. Para justificar sus masacres presentaron a grandes civilizaciones como bárbaros. El nombre caníbal proviene de los caribes, pueblos a los que exterminaron en las Antillas, los mismos quienes no cazaban a sus enemigos para comérselos, quienes eran una minoría en dicho mar (en las Islas Antillas el grueso eran Arawacos y en el continente que daba al Caribe eran de lengua chibcha o maya)y quienes aún subsisten en las cuencas del A mazonas o el Orinoco sin devorar a humanos.
Así se permitió el colapso de los pueblos que le dieron al mundo el primer alimento genéticamente modificado: el maíz, así como papa, cacao, tomate, quinua, vainilla, pavos, cuyes, alpacas, llamas, ajíes y frijoles, entre otros productos, que crearon la más gigantesca red de caminos y puentes colgantes que tuviese cualquier cordillera en el planeta, que edificaran construcciones asísmicas, donde imponentes piedras se ensamblaban sin que una aguja pudiese caber entre estas, que desarrollaron el concepto del cero y un calendario más perfecto que el de sus contemporáneos griegos o romanos, que inventaron la tierra más fértil de todos los tiempos: la «terrapreta», la cual ayudó a transformar al Amazonas en el jardín cultivado por el hombre más inmenso que haya tenido nuestro globo, que lograron que sus productos (como el camote) llegasen hasta Nueva Zelandia mucho antes que los europeos llegasen allí o a nuestras costas, que hicieron travesías intercontinentales e interoceánicas precolombinas, entre muchos otros aportes a la humanidad.
Ni Colón, ni Cortés, ni Pizarro trajeron la «civilización». Más bien ellos encontraron con muchas civilizaciones que, si bien no tenían caballos, armaduras o pólvora, estaban más adelantadas que ellos en técnicas de agricultura, almacenamiento y distribución equitativas ante la sequía y otras calamidades naturales, aseo, convivencia armoniosa con la naturaleza, astronomía y numerosas ciencias más.
Los conquistadores no se nos impusieron gracias a sus avances o astucias, sino a que trajeron los microorganismos ante los cuales los nativos americanos carecían de autodefensas, vacunas o antibióticos.
Este ha sido, por lejos, el mayor genocidio que haya conocido la humanidad durante sus cientos de miles de años. Casi toda la población de una de sus dos masas terrestres fue aniquilada, por lo que se tuvo que transportar esclavos africanos (ocasionando otro holocausto) para reemplazar a la masiva despoblación del Caribe y de las costas atlánticas.
Como efecto de ese descomunal genocidio hasta el día de hoy no se pueden descifrar numerosas formas de escritura (incluyendo las de los quipus), se han perdido innumerables idiomas (incluyendo el de los chachapoyas o el natal de los incas: el puquina) y se desconocen una serie de tecnologías puntas (como la forma de hacer construcciones de piedras monumentales, la elaboración de la terrapreta, etcétera).
VOX abiertamente llama a condenar al indigenismo como una afronta ante la civilización occidental.
Y, como si fuera eso poco, todos los suscritores peruanos de la «Carta de Madrid» se atreven a decir que Guzmán fue el mayor genocida de la historia peruana. No se discute el hecho que el jefe terrorista haya sido un criminal  responsable del asesinato de entre 3 y 4 decenas de miles de peruanos (el 0.2% de los más de 30 millones de peruanos). Empero, ni eso ni las matanzas de millares cometidas por Fujimori o Belaunde, o por los apristas o contra los apristas, o durante las guerras contra Chile o contra España encajan estrictamente dentro de la definición internacional de lo que significa genocidio.
Según la Real Academia Española (RAE) y las Naciones Unidas, el genocidio no solo es asesinatos en masas o de decenas de miles de personas, pues, en ese caso, todas las guerras serían genocidas. Para el diccionario de la RAE, el genocidio es el «exterminio o eliminación sistemática de un grupo humano por motivo de raza, etnia, religión, política o nacionalidad.» Esta definición no encaja con lo que ha pasado en la guerra interna peruana, a menos que se diga que hubo una intención de uno u otro bando (o de ambos) de exterminar a los asháninkas, la tercera nacionalidad nativa peruana en términos numéricos y la que más sufrió en proporción de bajas durante el conflicto de 1980-1993.
El fujimorismo ha distorsionado el término internacional de «genocidio», así como el de «terrorismo» o «comunismo». El terrorismo es un método brutal de  generar terror que puede cometer una fuerza política, pero ellos no reconocen el terrorismo empleado por las fuerzas represivas o gubernamentales y han desideologizado al maoísmo para convertirlo en meramente terrorista. De otro lado, ellos acusan a toda la izquierda y centro-izquierda de ser comunistas, lo cual implica colocar en el mismo saco a AMLO, los peronistas argentinos, los socialdemócratas chilenos y uruguayos, al PT del Brasil, al chavismo, al MAS boliviano y al PSOE junto al senderismo. Paradójicamente, su anticomunismo no se extiende al del partido comunista que gobierna China, la cual se viene convirtiendo en el principal socio comercial capitalista de los Gobiernos que ha tenido la derecha peruana.
Genocidio  es algo que recientemente han  sufrido los tutsis de Ruanda, que quisieron ser borrados del mapa por los hutu, el de los jazidíes que quisieron ser aniquilados por el Estado Islámico de Irak y Siria, o el de los serbios de Croacia que fueron étnicamente limpiados de ese país antes que este entrase a la Unión Europea, o el de los musulmanes de Bosnia.  Y eso es algo que han sufrido diferentes pueblos nativos americanos o afrodescendientes. Durante la República se quiso exterminar a los Rapa Nui transportándolos desde la mal llamada «Isla de Pascua» hasta nuestras costas para utilizarlos como esclavos que recolecten el guano, y a numerosas nacionalidades de los Andes y del Amazonas. Incluso durante el primer Gobierno de Belaunde se ordenó a las Fuerzas Armadas y a la Aviación  ametrallar y bombardear con napalm (armas de destrucción masivas) a los indígenas mayorunas de la frontera con Brasil, buscando exterminarlos por su «salvajismo».
Cuando Keiko Fujimori y sus partidarios acusan a su némesis Guzmán de ser el mayor genocida de la historia, lo que hacen son dos cosas:
1) justificar su dictadura represiva y sus intentos de volver a reinstalarla; y
2) ignorar el peor genocidio de la historia peruana, americana y mundial: la del 90% al 98% de la población originaria de nuestras tierras.
Aún hoy, todos los que han suscrito esta «Carta de Madrid» nunca han cuestionado que nuestra catedral de Lima sea, probablemente la única de cualquier capital del mundo, que exhiba como si fuera casi un santo el esqueleto completo de quien inició el peor genocidio de su historia. Pizarro no solo es glorificado en nuestro principal templo, sino asignándole el nombre del centro de Lima («Damero de Pizarro») o del Palacio de Gobierno, así como por la presencia de numerosos monumentos a su persona y a otros conquistadores en diversas partes del país.
Keiko Fujimori, quien llama a que en los colegios se dicte un curso de historia del terrorismo (en el cual ella quiere excluir al que su padre y sus aliados hicieron desde el poder), no quiere hablar del genocidio de la conquista, y las bancadas de FP, RP, APP y AvP se han asociado a quienes han transformado el holocausto de nuestros ancestros amerindios y africanos como una “labor civilizadora” de la autocrática monarquía imperial española.  Es más, uno de los congresistas fujimoristas le hizo llegar una carta al rey Felipe disculpándose del mensaje presidencial de Castillo, quien tuvo la culpa de recordarle al monarca, de manera muy cortés y educada, lo que significó para los peruanos los horrores de la conquista y el saqueo.
Promoviendo golpes y autocracias
Entre los firmantes de la Carta de Madrid se distinguen:
* En Bolivia, su exministro del Interior, Arturo Murillo, quien comandó el golpe contra Evo Morales, quien quiso proscribir a su partido y condenarle como terrorista, mientras que cada vez más salen a la luz sus planes para volar el avión que lo transportaba o contratar a miles de mercenarios norteamericanos para haber impedido el triunfo electoral de Luis Arce a la presidencia boliviana en 2020 (un plan similar al que Guaidó empleó en Venezuela contra Maduro y que luego se dio en Haití para matar a su presidente). Esta idea bien puede haber sido contemplada por algunos grupos que hubiesen querido impedir el ascenso de Castillo.
* En Venezuela, diversos grupos que están a la derecha de Guaidó y de Leopoldo López, el jefe de su partido original Voluntad Popular. Mientras estos dos intentaron varios golpes y hasta magnicidios contra el chavismo, quienes suscriben esta «Carta de Madrid», como el excongresista Alberto Franceschi, el exalcalde de Caracas, Antonio Ledesma,  o Marina Corina Machado, del partido Vente, han promovido con más firmeza la contratación de mercenarios y llamados más expresos y ultras para que su país (Venezuela) pudiese ser invadida por EEUU y por sus vecinos, y, aunque esto ocasionase cientos de miles  de muertos, poder «liberarles» del chavismo. Recordemos que el golpe del 11 de abril del 2002 que logró deponer a Hugo Chávez fue promovido por el Gobierno español del PP, al cual VOX apuntalaba entonces. VOX hoy es más vocal en sus llamados a una intervención militar externa, aunque esta pudiese convertir a Sudamérica en una nueva Indochina o Medio Oriente.
* En Colombia, varios uribistas como la senadora María Fernanda Cabal, quien, cuando murió el mayor novelista de su país: Gabriel García Márquez, publicó una foto de él con Fidel Castro y dijo que ahora estaba en el infierno. Se ha opuesto al proceso de paz en su República llegando a mofarse de los atentados de los binladenistas en Francia proponiendo que en ese país se les deje a los yihadistas tener representación parlamentaria directa (como pasa con las FARC en Bogotá). Es una negacionista de la famosa masacre de los 3 mil bananeros aduciendo que es un «mito». Ha tenido muchas expresiones antiindígenas.
* En Chile, a José Antonio Kast, ex candidato de la extrema derecha, quien ha mostrado simpatías por Pinochet, ha pedido que se perdone a militares violadores de los derechos humanos, ha querido cerrar la frontera con Bolivia para impedir inmigrantes y quiso sancionar a Francia por atreverse a asilar a un izquierdista.
* En Argentina, a varios dirigentes del derechista duro PRO y a Javier Miller, quien se autoproclama como anarco-capitalista partidario de la libre empresa sin intervención estatal.
* En El Salvador, a varios integrantes de ARENA, el partido anticomunista que fue creado por grupos paramilitares y de escuadrones de la muerte en la guerra civil.
* En México, a varios senadores del PAN (Partido de Avanzada Nacional), aunque una de las integrantes de su bancada, Xóchitl Gálvez, cuestionó a muchos de sus colegas por firmar ese pacto con VOX, a quienes acusa de odiar a las mujeres, a los inmigrantes y a los indígenas presentando a España como los “salvadores del salvajismo”.
* En Brasil está el diputado Eduardo Bolsonaro, hijo del presidente, y quien comparte con su padre su hostilidad a medidas contra la pandemia, a favor de expropiar tierras a los indígenas en la Amazonía (aunque ello incentive la depredación del mayor bosque tropical del planeta), su adhesión a Pinochet y a la dictadura brasilera de 1964-85, y sus políticas socialmente conservadoras y económicamente neoliberales.
* En Portugal,  el pequeño partido ultraderechista Chega, acusado de promover el odio contra los musulmanes y los gitanos, así como cerrar fronteras contra inmigrantes.
* A diversos partidos ultraderechistas europeos que, si bien no tienen nada que ver con Iberoamérica, han sido, curiosamente, incluidos por mantener una misma asociación pancontinental con VOX. Dentro de ellos están los antisemitas y homofóbicos del FVD, los xenofóbicos del DP de Suecia, los ultraderechistas de Solución Griega que quieren cerrar la frontera con Turquía colocando mallas eléctricas para electrocutar a los inmigrantes y proscribir a la antigua República de Macedonia del Norte a que siga utilizando el nombre de Macedonia por no ser helenos sino eslavos, o los neofascistas de la Hermandad Italiana que siguen utilizando como su símbolo a la llama fascista con los tres colores de la bandera nacional.  También están otras personalidades del conservadurismo y del ala derecha del republicanismo estadounidense, aunque ninguno de ellos sean hispanos.
A pesar que los firmantes de esta «Carta de Madrid» hablan de libertades y de democracia, todos ellos han promovido golpes antiizquierdistas en Bolivia, Venezuela y Brasil, mientras que VOX reivindica que su país sea el único de Iberoamérica que no elija a su jefe de Estado y que mande tropas a evitar la consulta popular catalana y luego a conculcar la autonomía de todas sus regiones y naciones internas.
Uno de los líderes de VOX, quien fue parte de la delegación que llegó a Lima, es Hermann Tersch, un castellano con nombre y apellido germano, quien es hijo de un antiguo funcionario nazi quien fue antes invitado a Madrid y protegido por Franco. Tersch es el responsable del diario de VOX: «La Gaceta de la Iberosfera».
Los socios peruanos de VOX
En la que fuera la principal capital virreinal del imperio de Madrid es donde la Carta de VOX ha conseguido más adherentes. Dentro de su medio centenar de firmantes se encuentren los representantes de la derecha más dura dentro del Congreso.
La figura más importante que ha suscrito dicha carta es Francisco Tudela, el único de sus signatarios que ha sido canciller y vicepresidente de su respectiva República. Con su hija Adriana, la congresista de AvP, conforman la única pareja de padre y descendiente dentro de dicho bloque.
Recordemos que Tudela fue electo vicepresidente de Fujimori en las elecciones fraudulentas de 2000, en las cuales el exdictador reclamó haber ganado con casi 3/4 de los votos, una proporción escandalosamente falsa. Tan indignantes fueron estos resultados que la población salió a las calles masivamente generando un cuadro de inestabilidad que condujo a que pocas semanas después Fujimori se fuera de viaje con numerosos maletines cargados de cientos o miles de millones de dólares para darse a la fuga y renunciar a su cargo vía fax desde el país que luego la daría su ciudadanía.
Cuando Tudela y Fujimori juraban sus cargos, la Marcha de los 4 Suyos llegaba al centro de Lima. A fin de combatir esta, Montesinos y Fujimori colocaron explosivos en el Banco de la Nación, el principal banco del país cuyas oficinas estaban casi al lado de la Plaza San Martín, la más importante del país para hacer eventos políticos.
A los fujimoristas no les importó asesinar a seis personas que trabajaban en sus instalaciones, incluso a policías y cuidadores (a quienes tanto ellos reivindican cuando los senderistas les asesinaban). Su objetivo fue intimidar o hasta explotar a varios manifestantes y echarles la culpa.
Se trató del primer macroatentado terrorista contra una capital del mundo en este milenio antes del atentado del 11 de septiembre de 2001. Hasta hoy no se ha demostrado que el vicepresidente Tudela o la primera dama Keiko tuviesen responsabilidad directa, pero esta forma de querer sacrificar vidas inocentes de sus propios uniformados para echarle la culpa a sus contrincantes, es parte de la metodología de sus mentores políticos.
Adriana, la hija de Francisco Tudela, fue la primera congresista en proponer la vacancia presidencial a media semana que Castillo llegó a Palacio. Quienes reivindicaron la elección fraudulenta de Fujimori-Tudela en 2000 y el autogolpe de 1992 nuevamente no quisieron reconocer la voluntad popular. Adriana Tudela se convirtió en la congresista que más iba a las demostraciones de Lourdes Flores y Jorge del Castillo para promover la vacancia presidencial y la insurgencia contra Pedro Castillo.
Además de ella, está otro congresista: José Daniel Williams Zapata de AvP. También se encuentra otro líder de AvP: Miguel Yagui. Es interesante ver que solo dos  de los once  legisladores de dicho partido han suscrito dicha plataforma, a la cual no quiere sumarse su candidato presidencial Hernando de Soto, quien prefiere cultivar sus lazos con la derecha y centro internacionales y no aparecer tan pegado al extremo.
Un caso diferente es el de RP, el único partido donde su candidato a la Presidencia y a la Alcaldía de Lima y el jefe de su bancada, así como la mayor parte de sus legisladores sí se han adscrito. Por los celestes están Alejandro Muñante, Ernesto Bustamante, Fabiola María Morales Castillo, Jorge Montoya, José Cueto, Néstor Quispe, Noelia Herrera,  Rafael López Aliaga y Yorri Wharthon.
Por Alianza Para el Progreso está el congresista César Combina y el exministro Daniel Córdova, asiduo participante en las conferencias de prensa y marchas provacancia. El candidato presidencial y el grueso de la bancada de APP prefiere no ligarse a dicho extremo y mantener abiertas las puertas a una derecha menos dura.
Por la golpista Coordinadora Republicana están Ángel Guillermo Delgado Silva y Elizabeth Du-Bois. También se encuentran otros firmantes como el exministro de PPK y expresidente del Congreso; Pedro Oleachea, el exministro  del interior, Dardo López; Elizabeth Dulanto de Miró Quesada, quien es parte del poderoso Grupo El Comercio; Édgar Callo Wong y Erasmo Wong, propietario Willax, quienes representan a dicho súpermercado; el abogado Enrique Ghersi, uno de los promotores de la moción contra una nueva Constituyente;  una serie de periodistas y empresarios de la derecha dura. No podía faltar Vania Thais, quien se hizo famosa con su video llamando a las «pitucas» a salir a marchar a defender sus intereses y a recomendar a las mujeres a que sigan su ejemplo de ser sumisas a sus maridos.
López Aliaga se ha quedado como el único caudillo partidario en promover abiertamente el Foro de Madrid, mientras que Keiko Fujimori, como ya hemos visto, no quiere arriesgar su buena relación con Vargas Llosa y su bloque de expresidentes derechistas iberoamericanos. Hernando de Soto y César Acuña y el grueso de sus bancadas tampoco quieren adherirse a este foro, pero por razones más programáticas, pues lo deben estar viendo como demasiado extremista.
Como hemos analizado, ningún mandatario o exmandatario iberoamericano ha suscrito esta carta, pues los de derecha prefieren mantener una relación más estrecha con el PP español o los republicanos de EEUU. Sin embargo, llama mucho la atención cómo la internacional más derechista que hay dentro de la hispanidad ha logrado calar tanto dentro de varios partidos de la derecha dura peruana, algo que, eventualmente, va a poder dar impulso a más intentos de desestabilizar a la frágil democracia peruana aduciendo que el Perú se va acercando al narco-comunismo y alejándose de los principios civilizadores que nos trajo la monarquía castellana hace cinco siglos.

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