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Melbourne/dpa
Williams y Maria Sharapova se volverán a ver las caras el martes en los cuartos de final del Abierto de tenis Australia con la estadounidense buscando alargar su aplastante dominio sobre la rusa.
Pocos imaginarían en aquel marzo de 2004, viagra en Miami, purchase que había nacido una rivalidad que seguiría viva 12 años después. También, viagra sale pocos imaginarían a finales de ese año, cuando Sharapova celebró su segunda victoria sobre Williams tras derrotarla en la final de Wimbledon, que fuera la última alegría de la rusa en el cara a cara personal. Y ya han pasado más de 12 años.
La estadounidense, actual número uno del mundo, tiene un balance de 18-2 sobre Sharapova, con 17 victorias consecutivas en su haber. Una losa demasiado pesada para ignorarla en la preparación del duelo del martes, con casi total seguridad en la Rod Laver Arena, la cancha central de Melbourne Park en la que se midieron hace 12 meses en la final.
“Cada partido es una nueva historia”, dijo Williams, de 34 años, después de vencer a la rusa Margarita Gasparyan por 6-2 y 6-1. “Sharapova siempre trae algo nuevo, algo especial. Y es muy consistente: sabe cómo tiene que estar, ya que es una jugadora que siempre está ganando, entrenando y trabajando duro”.
Williams busca en Australia su vigésimo segundo Grand Slam, un título que le colocaría empatada con la alemana Steffi Graf como la jugadora con más grandes de la Era Abierta y a dos del récord absoluto de Margaret Court. La australiana siguió en directo el partido de la estadounidense.
Sharapova, de 28 años, también tuvo una carrera exitosa, levantó cinco grandes, pero siempre estuvo lejos de los fastos de la menor de las hermanas Williams.
“Siempre intento mejorar, absolutamente. No pienso en qué puedo hacer peor. Uno siempre intenta mejorar”, señaló la rusa cuando le preguntaron hoy por su siguiente partido, después de superar por 7-5 y 7-5 a la suiza Belinda Bencic.
“Estoy en los cuartos de final de un Grand Slam, no hay razón para no mejorar. Según avanzan los torneos sólo puede ser más difícil, y más ante Serena”, añadió sin profundizar en su rivalidad con la estadounidense.
Las dos únicas victorias de Sharapova llegaron en 2004, en la final de Wimbledon, cuando ganó su primer grande, con 17 años, y en la final del Masters de Los Angeles.
Desde aquel triunfo, la rusa no pudo casi ni hacerle cosquillas a la estadounidense: 17 victorias, en dura, arcilla y hierba, en finales de Grand Slam y olímpicas, el dominio de Williams fue avasallador. La actual número uno ganó incluso 12 de los últimos 13 duelos sin ceder un solo set.
“La persona que está en esa racha siente más presión porque hay más expectativas. Y la otra persona no tiene nada que perder”, dijo Williams. “Pero en esta situación yo tampoco tengo nada que perder porque en este momento de mi carrera cada torneo es un bonus”.
El lunes habrá un nuevo capítulo. Ambas llegan en un gran momento de forma, pero al menos en los últimos 12 años nada de eso importó. Llegaran bien, mal o peor, sólo hubo una ganadora.
