Hoy los salvadoreños ya estamos atorzonados de tanto hartarnos toda esa propaganda política desatada (como que fuera marquesote sin agua). Para colmo esta campaña de las presidenciales internas, que parecían legales, no tenían nada que ver con las elecciones de 2018.
Y resulta que los candidatos se esmeraron, cada quien con su propia carpa, para hacernos morir (según ellos de la risa) del tedio o del aburrimiento y para colmo nos aderezaron con la campaña de los que añoraban una curul o sillas edilicias y hasta buses y microbuses fueron pintados con todos los colores y caras.
La vida siguió con el ambiente circense a puros pendones, banners, vallas publicitarias y mupis, dándole color partidario a municipios y cabeceras departamentales, por supuesto, sin faltar los noticieros de radio y televisión, las entrevistas de candidatos y precandidatos sumándoles las venias y alabanzas de famosos columnistas y analistas, que encantados de la vida nos dan de comer de todo.
¡Pobrecitos! Todos somos víctimas de este enorme circo montado inmisericordemente con demasiada anticipación y esto es que todavía les falta saturar las redes sociales y estar chingando con llamadas y envíos de mensajes a nuestros teléfonos celulares.
Lo más grave es cuando se nos vienen a meter a las colonias o comunidades, los muy payasos, a abrazar a las viejitas y viejitos o a chinear cipotíos mocosos. Son capaces de echar tortillas para las fotos o el video que después lo suben al Facebook sin ninguna vergüenza y con eso sienten que el pobrerío va a llegar el día de las elecciones internas y externas a votar por ellos por todas las gracejadas que hacen.
¡Total! que nos tienen hartos de tanta hipocresía, de tanto cinismo, de tanto circo pero sin nada de pan. Hasta hoy no se conoce de aumento salarial para sus trabajadores ni mucho menos de regalías ni otras prestaciones que las empresas que representan podrían dar.
Si, se sabe de los despidos que rutinariamente planifican o de los descuentos que son tradicionales, por una u otra razón, pero nada de pan… ni siquiera marquesote, eso es lo que nos toca mientras los circenses salen a tomarse un coffee frente al capitolio y a tranzar con sus congéneres para simple y sencillamente agrandar capitales en los offshore como Panamá Papers o incrementar sus cuentas en las islas Caimán, Suiza o cualquiera de los ya conocidos paraísos fiscales.