Es sospechoso que los grupos que integran los “Aliados por la Democracia”, incluido Roberto Rubio, hayan desaparecido de la agenda mediática, hoy que están saliendo a relucir confesiones inobjetables de corrupción.
Nadie duda que los Aliados tenían una agenda a favor de las resoluciones de la ex Sala de lo Constitucional que afectara el espectro político partidario, principalmente contra el FMLN y sus gobiernos. Pero guardaban silencio cuando se trataba de casos de corrupción que vincularan a personeros de ARENA o exareneros, o a dicho partido de derecha.
Hoy queda claro que los que eran parte de esa agrupación no eran más que intelectuales de la sociedad civil a favor de ARENA, de la derecha económica, es decir, del bloque hegemónico que aún domina los destinos de El Salvador, y por eso, en estos momentos que ese partido es afectado por una tempestad política, por las declaraciones del expresidente Elías Antonio Saca y los testigos en el caso conocido como “Destape a la corrupción” que se ventila en un juzgado de Sentencia, han preferido guardar silencio.
Estos seudodefensores de la transparencia y anticorrupción seguramente estarán presionando que aceleren el caso del expresidente Mauricio Funes, para lanzar la campaña en contra de la izquierda, y principalmente en contra del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), con tal de sacar de la agenda mediática al partido ARENA.
Si los aliados y Roberto Rubio, este último ha salido untado de la corrupción del gobierno de Saca, fueran coherentes con su discurso a favor de la transparencia y la anticorrupción, ya hubieran lanzado una campaña para que la Fiscalía General de la República investigara al partido ARENA por haber sido beneficiado de los fondos públicos que Saca desviaba de la partida secreta.
Es más, mantendría una campaña para exigir que el Estado no solo recupere entre 25 y 30 millones de dólares, como ha anunciado el fiscal general Douglas Meléndez, al justificar el trato hecho con el expresidente Saca.
Claro, los Aliados seguirán agazapados, esperando que ARENA pase la tormenta, para salir a la palestra pública con su discurso a favor de la transparencia y la anticorrupción, con la intención de confundir a la opinión ciudadana.