¿Y QUÉ HAY CON LOS FUNCIONARIOS QUE DESOBEDECEN A LOS JUECES, O CON LOS TORTURADORES EN LOS DIFERENTES CENTROS PENALES?

Luis Arnoldo Colato Hernández

Educador

La figura implicada es el desacato, y supone desobediencia a la autoridad judicial.

Supone un delito, y está ya estipulado el debido castigo.

Entonces la cosa es simple, cuando las autoridades de nuestros centros penales se niegan a cumplir el mandato de un juez, comete una falta, un delito, y son en consecuencia reos de castigo.

Entonces, ¿Por qué la reiterada desobediencia a los diferentes jueces que ordenan la liberación de muchos detenidos?

Simplemente porque se le ha ordenado así de parte de la que considera una autoridad más alta, el ilegal ejecutivo.

Razonemos.

Comprendamos que el estado en el que vivimos es de naturaleza ilegal, ilegítimo, pues al quebrar este la norma, desmontando por la fuerza al poder judicial hace 2 años con respaldo del poder militar, sustituyó también sistemáticamente a la mayoría de jueces por elementos partidarios, que son meras extensiones de sí, contribuyendo a conformar el estado presidencialista que consolida con el fraude electoral el pasado marzo.

Así que, sencillamente los funcionarios en el sistema carcelario que retienen a miles de salvadoreños en las cárceles de manera injusta, ilegal, los torturan y hasta asesinan, son también cómplices, y hacen lo que deben hacer: fingir una legalidad inexistente, necesaria para aparentar un estado de derecho inexistente, pero necesario para al régimen.

Los pocos que dignamente procuran aplicar la norma, enfrentan ese orden presidencialista que los anula.

Si entendemos y asumimos este hecho reconocido y señalado por el sistema interamericano de DDHH, que ya condenara en reiteradas ocasiones al régimen salvadoreño, los pasados 2 años, como por el relator de DDHH de las NNUU que también hiciera lo propio en varias ocasiones en todos los foros del sistema, caeremos en la cuenta de que todos los elementos del régimen asumen que mantendrán su impunidad siempre, y que en consecuencia pueden continuar cometiendo los delitos referidos arriba.

¿Y que de los agentes torturadores y asesinos que operan en el sistema carcelario salvadoreño?

En su calidad de agentes del estado salvadoreño, actúan a nombre de este cuando infligen dolor, torturan y asesinan entre los detenidos que gestionan, lo que se ve agravado por la condición de indefensión en la que estos se encuentran, y que en virtud de los compromisos que para con el espíritu de los tratados que en materia de DDHH ha contraído el estado salvadoreño, son a su vez responsables, pero además extensiones de ese presidencialismo que lo promueve.

Lo promueve porque además de quebrar al sistema judicial y al orden constitucional, corrompido al propio estado, configurándolo de acuerdo a sus intereses, el responsable último de todo esto es el ilegal ejecutivo que padecemos.

Confía que al ser agente difusor del proyecto libertarista en LA, le asegura la impunidad para actuar así, pero olvida a Honduras.

Pues el único aliado que tiene puertas adentro es el mismo que tuvo el expresidente hondureño.

Y tampoco hará por salvarlo.