Nelson López*
–Yo opino que es un ¡maldito! Porque si uno se pone a pensar un poquito y ve despacio qué es lo que hace un ladrón es ¡robar! A partir de eso uno piensa ¿cómo es posible que tenga valor para juzgar a otro? Pero cuando uno ya ve que el muy maldito juzga a medio mundo siendo él un verdadero ladrón que roba descaradamente y que dice que está tranquilo, uno concluye que es un maldito que le vale madre cualquier indicio de moralidad y solo piensa en robar y juzgar.
-Yo opino que el ladrón si es de cuello blanco o sea bien ensacado y además le toca juzgar está viviendo el sueño mas preciado para cualquier calaña de esas porque ahí si cabe el dicho que vive el sueño de los injustos o más bien un ladrón no solo disfruta de lo que roba sino que además tiene el privilegio de juzgar a sabiendas que a él como ladrón nadie lo va a juzgar y cualquiera se siente feliz de haber concluido su carrera como uno de los más grandes ladrones y juzgadores de un pueblo.
-Yo opino que un ladrón que juzga es poderoso porque no solamente tiene el poder de robar sino que también tiene el poder de que en lugar de que lo juzguen él juzga y lo más poderoso es que puede juzgar hasta los que no roban, y eso si que es lo máximo porque en lugar de que lo topen él topa y eso si que no es de cualquiera se tiene que aprender desde chiquito y además todos los hijos y los nietos adquieren por herencia ese poder y siguen siendo todos igualitos y son ¡admirables!
-Yo opino que no es fácil llegar hasta allí, pienso que tienen que ser años de aprendizaje a ser sinvergüenza y descarado, y pensándolo bien, eso no es fácil porque tienen que pasar años y años hasta que ya se tiene una edad bien avanzada y habrá que aceptar que eso lo transmiten a sus descendientes para que cuando estén viejos tengan esa habilidad de robar y juzgar. Eso es bien importante considerarlo porque de lo contrario uno puede pensar -pobrecito el viejito-, pero son picarazos, y así es como hacen plata robando y juzgando.
-Yo opino que ladrón que juzga hace competencia desleal porque los ladrones se dedican a robar y comienzan como pinches rateros, y no me refiero a los cleptómanos porque esos son enfermos, me refiero a los que prefieren hacer raterías que trabajar, o más bien que ven que ticuiseyan como dicen los abuelos. Después estos ladrones pueden alcanzar otros rangos, arriba de los que roban en los buses, o en los bancos, o en los cajeros, o que se meten a las casas, pero, cómo es posible que otro ladrón va a venir y los va a juzgar, no hombre eso si que no se soporta, yo recomiendo a los ladrones afectados que vayan a la Superintendencia de Competencia de la República de El Salvador.
-Yo opino que ya es tiempo que todos los salvadoreños nos pongamos las pilas y saquemos de cualquier lado a los ladrones que juzgan porque no debemos permitir que los ladrones se burlen de nosotros y nos vean la cara de pánfilos. Ya debemos hacer algo que de una cátedra del saber corregir, porque uno ve lo ingrato de estos desgraciados que sin pena ni gloria se ponen a juzgar a todo mundo y ellos metiendo la mano por debajo sacándonos la plata. Y así hay un montón de ladrones juzgadores que deberían estar en la cárcel y solo el pueblo los puede depurar porque para ellos esa palabra solo suena y resuena – la depuración de los jueces- pero hasta ahí llegamos.