Nelson López*
Yes que nosotros tenemos años de estar recibiendo las tanatadas de basura desde los Estados Unidos, y es hasta ingrato que como dice un ilustre abogado y amigo que apela al raciocinio ¡tenemos dignidad! Si ¡claro que sí! Tenemos esa dignidad aunque nos hayan vejado por tanto tiempo y nos hayan hecho sentir que las grandes mayorías de empobrecidos en este pequeño territorio somos parte de toda esa basura que ingratamente, hasta sirve para venderla libre de impuestos y en locales amplios que parecieran enormes almacenes de desechos, que si bien no garantizamos que sean tóxicos si podemos afirmar que son contaminantes ya que hasta las enfermedades en la piel se han generalizado porque no tenemos ninguna clase de inmunidad para esa clase de contagios exportados desde cualquier lado y principalmente desde el norte, donde millares de toneladas que no hallan donde incinerarla nos las mandan para que continuemos usándolas hasta deshacerlas, hasta desintegrarlas, y eso es lo más grave que siempre están peleando para quitarle los aranceles. Esa basura usada con la que nos pretenden continuar inundando no solamente es tóxica, porque muchas veces viene encubriendo otros materiales según registros policiales, sino que además le está quitando el trabajo a miles de artesanos salvadoreños como las costureras y los sastres y quizás hasta las fábricas manufactureras, pero no mencionamos a los grandes almacenes porque estos siempre están contrabandeando la ropa de marca o chaveleándola y venden otros artículos que podrían ser vendidos a precios que superan el 300 por ciento de las ganancias, pero allí que compren los que tienen salarios magnánimos. Pero los empobrecidos con salarios mínimos compran en la calle y en los usa-2 que proliferan vendiendo la basura donada y con ello afectando la valiosa mano de obra salvadoreña, famosa por el mundo entero y degradada a tal punto que ahora nos consideran consumistas hasta la cacha y principalmente de basura que nos llueve como del cielo y con ella viene el engaño de que son los buenos corazones los que quieren hacer el negocio y eso si que es ingrato porque la sencillez de un pueblo no puede ser para que se burlen enviándonos ropa y zapatos, usados, bien desgastados y sucios, muchos de estos contaminados hasta con pie de atleta. Por favor no sean gañanes, manden cosas nuevas y aunque estén pasadas de moda, no importa que sean chumpas o suéteres de cualquier marca para este gran calorón que todos los días vivimos aquí y que sirven más que todo para no asolearse los brazos, pero que sean cosas nuevas, por favor, no importa que sean pasados de moda ya que a los empobrecidos aquí no nos da problemas trabarnos cualquier babosada pero que sean nuevas por el amor de Dios y no insistan en que con eso usado nos ayudan o nos demuestran lástima, si lo hacen de enviar donativos que sean verdaderamente con amor y no solamente por deshacerse de toda esa basura que ya no pudieron vender en las ventas de garaje. ¡Diputados! no le quiten impuestos a esa basura solo porque viene de Los Ángeles, California, no le bajen los aranceles a esa basura que nos mandan porque tenemos claro que ¡basura es basura! Venga de donde venga y no importa que insistan en que son productos “americanos” o “asiáticos” porque nos estamos volviendo el gran basurero a cielo abierto de Centroamérica.
¡No a la basura! ¡no a los usa-2!