Otoniel Guevara
Escritor y poeta
Colaborador
Leonardo Nin tiene 50 años que no se le notan. Lo que sí se le nota es su jovialidad, su amor por la poesía, su solidaridad, su sonrisa permanente. Es poeta, cuentista, novelista, ensayista y lingüista dominicano egresado de la Universidad de Harvard, pero el prefiere moverse con muy bajo perfil, lo cual me parece inverosímil, puesto que su presencia suele ser una fiesta. Activo propiciador de acciones culturales, gusta de promover a los jóvenes creadores de su país, donde ha ganado valioso premios y se le ha dedicado más de un festival o una feria del libro. En Boston, donde reside y trabaja, es considerado como uno de los más importantes referentes de la poesía dominicana de la diáspora. Espero que quienes lean estas líneas puedan compartir con el una canción, un ron o simplemente un poema. Nin es más accesible que la lluvia y tan generoso como un amanecer.
Otoniel Guevara- Maestro, es a última hora que venís al Festival “Azul indefenso”, ¿qué expectativas traés en esta ocasión?
Me gusta compartir la poesía, llegar a lugares marginales adonde no llega el privilegio y escuchar a los niños leer algún verso ajado. Si, también me gusta celebrar la noche con poetas cuyo único interés es el abrazo de la noche y el regalo de saber, que con mucho o con poco todos damos y recibimos con cada lectura, con cada encuentro, con cada sonrisa tierna, el resto es efímero. Para mí, esa es la verdadera vida poética y creo que eso busco con esta visita después de todo. Crear lazos y celebrar la poesía en una tierra a la que debo mucho.
OG-Tu modestia impide que se conozca mucho sobre tu obra literaria, confesanos ¿cuáles han sido los últimos premios que has obtenido, cuáles los más recientes reconocimientos a tu trabajo literario y como gestor cultural?
Es que eso de la gestión cultural lo hago por el amor al oficio, a la poesía. La mayoría de las veces ni siquiera sale a la luz porque yo trabajo desde los márgenes, sin cargo oficial: el derecho me lo da el amor a la lengua y el respeto que me brindan los poetas y la gente. Digamos que, apuesto a la posteridad silente, esa que se va construyendo poco a poco con dedicación y trabajo: eso me llena de regocijo y ese es mi mayor premio. Aunque ha habido momentos en los que sí me he enorgullecido y celebrado algunos regalos del universo. Por ejemplo, el que dedicaran la Feria Internacional del Libro del Sur 2022 en República Dominicana a mi obra, o que la Feria del Libro de Lawrence en Estados Unidos me diera el premio de Cuento “Irma Contreras” por mi contribución a la cuentística dominicana; recibir el Premio Nacional de la Juventud o ser Jurado en el género de poesía para Scolatics (uno de los mayores concursos de poesía en Estados Unidos), en una lengua que no es la mía, me dice que vale la pena, que el respeto se gana, se cultiva, se labra entregándose y ya.
OG-Recién ha tomado posesión en Dominicana el nuevo gobierno del país con un presidente reelecto para un segundo periodo ¿qué hizo por la poesía específicamente y por los dominicanos en el exterior? ¿Cuál es el panorama que se deriva de su nueva propuesta de gobierno para los creadores en tu país?
La gente como yo no cabe en el oficialismo. No perseguimos un sueldo, o un título de cartera. Tengo ideales muy arraigados en la izquierda pura, creo en una política cultural orientada a mejorar el pensamiento crítico, a elevar los valores y ayudar de forma desinteresada a los que menos acceso tienen a los medios socioeconómicos y al conocimiento, eso trasciende intereses e ideologías. Mi isla va creciendo de forma gradual, va evolucionando al desarrollo, no solo económico, sino intelectual y lo queramos o no, será necesario crear políticas que se adapten a las necesidades de nuestra gente, de lo contrario, la historia juzgará. Yo creo en mi gente, en el corazón de cada dominicano, que crea arte con el día a día de su existencia, luego se convierte en poesía, en bachata, en merengue, en pintura de sudor y calle, lo demás lo dictará el tiempo. Yo, por mi parte seguiré promoviendo la cultura dominicana, ayudando a cuanto poeta o artista represente mi cultura, consiguiendo instrumentos para las escuelas de las comunidades pobres, es lo poco que se puede hacer desde los márgenes, pero si lo tangible.
OG-Vos vivís entre América Latina y Estados Unidos, ¿qué retos se avecinan para la literatura en español con el desamarre de la inteligencia artificial?
Lo veo como un problema, sino se incentiva el pensamiento crítico, si el consumidor o usuario de dicha herramienta carece de criterio, entonces no hay diferencia entre repetir un panfleto, un anuncio o una propaganda. Lo que nos diferencia de los animales es nuestra humanidad, la habilidad de pensar abstracto, de convertir el sentimiento en imagen y la imagen en el legado humano, llamado arte.
Uno de mis problemas actuales con mis estudiantes, cuando me hacen un ensayo utilizando ChatGPT u otra aplicación de inteligencia artificial es la carencia de entendimiento, de reto, de objeción al tema, aun cuando éste, esté gramatical o estructuralmente bien logrado, carece del elemento de la originalidad que solo puede concebir el intelecto y la curiosidad.
Solo la búsqueda produce nuevos descubrimientos, la inteligencia artificial esta limitada a la base de datos, a lo ya asumido como válido, a un algoritmo carente de alma. Nuestro pensamiento se originó cuando nos vimos obligados a describir la pérdida y la ausencia de la materia en el luto, cuando nos fue necesario crear la lengua para comunicar lo ido y lo transitorio, así nacieron los verbos: Flemming descubrió la penicilina gracias al azar de un vaso sucio, Dostoievski entendió que solo el arrepentimiento produce redención, Victor Hugo nos regaló la redención como condición inherente de la especie, Sócrates postulo las virtudes como esencia de la felicidad, y Platón nos enseñó lo ilusorio de las sombras en las cuevas de lo real. La inteligencia artificial puede escribir de esto, hacer ensayos, pero nunca crear ideas originales que salgan de una parte recóndita de esta especie llamada alma.