Rolando Alvarenga
@DiarioCoLatino
Al hablar con Yuri Rodríguez se percibe que a partir de un intenso trabajo físico-técnico, acorde a lo que demanda un compromiso universal, el musculoso y aceitoso atleta viaja al Mundial de Fisicoculturismo y Fitnes en Santa Susana, España, a una hora de Barcelona, del 4 al 9 de noviembre. Viaja con los ánimos por las nubes, hambre de coronación, pero muy prudente. Lo de la prudencia porque Diario Co Latino supo que durante su preparación el apolíneo deportista experimentó altibajos emocionales y que no hay nada escrito sobre el escenario a descifrar en Alicante.
-¿Qué novedades Yuri?
A estas alturas y en el cierre de la preparación solo está pendiente del boleto aéreo y la inscripción (al igual que el año pasado), pero yo creería que tal vez ahora sea diferente porque Yamil está más pendiente de estos trámites y Fabrizzio Hernández (presidente de la FedeFísico) está colaborando para que todo se haga bien. Admito que esta incertidumbre me desespera, pero toca ser paciente y esperar que todo salga en su tiempo para no caer en contratiempos y costos adicionales.
-¿Cuáles son sus expectativas?
Porque hay que ser un poco prudente en cuánto a las expectativas, al principio estaba un poquito temeroso. Diferente fue para la participación en los Panamericanos de 2019, cuando venía de una preparación más larga y de una forma distinta a esta. Ahora lo hice fuerte con ochenta días, pero había hecho un previo de mantenimiento, no competitivo. Lo anterior no significa que no mantenga en alto y convicción mis sueños de coronación, pero con prudencia.
-¿Cómo está ese cuerpo para el gran desafío?
En los últimos días han comenzado a ceder los límites de grasa y el cuerpo se va asentando. Entonces me da la impresión -pero no puedo estar seguro-, que mi cuerpo llegará mejor que al Mundial del año pasado (en Emiratos). Con los pies en la tierra y sin hablar paja, me veo impresionante. Hay varias cosas a tomar en cuenta: No se sabe qué nivel tendrá esta competencia, porque en Europa las cosas han estado casi normales en algunas partes. Mientras en América, los procesos de preparación en su mayoría, salvo algunas excepciones como en mi caso -que me rebusqué con tener un gimnasio en casa y prepararme-, fueron afectados por los estragos de la pandemia y la cuarentena.
-¿Cómo imagina el nivel de este Mundial en España?
Es una incertidumbre. Lo que sí se es que el año pasado fue año normal, el nivel fue muy fuerte y yo estuve en ese nivel. Es posible que debido a la pandemia universal el nivel baje. Es que el fisicoculturismo tiene esa peculiaridad en donde de repente el nivel lo pone una persona, no diez atletas. O sea, con un atleta que llegue disparadísimo, mejor que nunca y como nunca se ha visto en el mundo, el nivel puede volverse exageradamente bueno.
Sucede lo siguiente: Yo voy a entrar en las categorías en donde se tiene que dar peso por talla y también el menor peso y la talla. Competiré en la Games Clasicc, (hasta 1.75 centímetros), que es olímpica y en la que gané la plata mundialista el 2019; en la Físico Clásico hasta 1.80 centímetros y tras el Congresillo Técnico decidiremos si nos inscribimos en la Fisicoculturismo normal o tradicional para atletas de hasta 80 kilos de peso. Cada categoría otorga oro, plata y bronce y al final otro oro al Campeón Absoluto por categoría.
-¿Se ha soñado como Campeón del Mundo?
Si. Aspiro darle a El Salvador algo que creo, ningún atleta se lo ha dado en toda la historia. Un Campeonato Mundial Oficial. No subestimo a nadie, pero tengo entendido que no ha existido un campeón con esta jerarquía. En el 2017 competí y gané la “Copa San José Internacional, una Open de nivel mundial. Allí quedé Campeón de Categoría y Campeón de Campeones o sea Campeón Absoluto, practicamente Campeón Mundial. No obstante, los países asistentes fueron pocos y aunque la final fue contra un ruso, yo a ese título no le puedo llamar Campeón Mundial. En cambio este campeonato que se viene es el máximo y único de la Federación Internacional de Fisicoculturismo y Fitnes, integrada por 192 países de los cinco continentes.
-¿Cuál es su mensaje en la ruta a la prueba de fuego?
Quiero dejar un legado y transmitir un mensaje a la niñez y a la juventud para que vean que con esfuerzo y sacrificio se puede lograr los sueños que uno quiera. Aspiro a que algún día se diga: “Sí Yuri, que era un muchacho del barrio Lourdes lo logró, cualquiera puede lograrlo”. También, llamar la atención de los dirigentes deportivos extra fútbol, para que empiecen a ponerse las pilas dando un trato digno o los atletas que se están convirtiendo en los atletas de alto rendimiento y en la élite del deporte salvadoreño. Se trabaja duro para ganar, entre ellas abonar orgullo a la familia y a la patria.