Por: Rolando Alvarenga
En el transcurso de la semana anterior y pocos minutos antes de recibir su estímulo económico estatal de manos de Yamil Bukele, el espigado atleta Yuri Rodríguez, medalla de plata mundialista en España, sorprendió a propios y extraños al abogar por una mayor cobertura periodística para el deporte en general. Y también la Asamblea aprobó una pensión de 600 dólares y fracción, más un bono de 2,000 dólares para los seleccionados del fútbol que clasificaron y jugaron los Mundiales de México 70 y España 82.
A partir del reducido espacio que tradicionalmente ha destinado la prensa deportiva de este país al deporte olímpico y al generoso y por gusto espacio destinado al fútbol, Yuri Rodríguez tiene mucha razón en su petición. Porque sí bien es cierto que este deporte olímpico no es la octava maravilla y que un resto de sus federaciones no producen más que gastos al estado, también es cierto que la cobertura periodística –como en Cuba por ejemplo- juega un papel determinante, a la hora de empujar, incentivar y estimular el desarrollo deportivo.
Por otra parte y como sobreviviente de aquellas gestas, -contrario a la reacción de las mentalidades adversas-, soy del criterio que la pensión estatal vitalicia para los seleccionados es humana y patrióticamente justa. En lo humano porque la mayoría de ellos ya pasan de los 60-70 años y durante sus últimos años han sobrevivido por fe, milagro y misericordia, esperando recibir justicia de la patria que un día defendieron gallardamente.
En consecuencia, el llamado cristiano es para la Presidencia de la República para no vaya a vetar este Acuerdo Legislativo, que aspira para ellos un final digno de seres humanos. De lo contrario, sería para ellos una anticipada tapita de limón debajo de la nariz. ¿tamos?