Por: Rolando Alvarenga
La noticia de los últimos días con respecto a que el ex presidente del INDES, Jaime Rodríguez, es acusado de malversación de fondos, trae al primer plano un tema que siempre ha sido y será objeto de polémica: los atletas o ex atletas deberían de abstenerse a desempeñar cargos públicos.
Todo apunta a que, efectivamente, metió la pata, pero esperemos su versión en la audiencia judicial. Lo que sí puedo sostener es que sus dos últimos años al frente del INDES fueron irritantes. Tanto que terminó cortando la comunicación con varios elementos de prensa que querían su versión sobre diferentes temas y, en especifico, acerca de los 125 mil dólares para el Estadio Las Delicias. Un caso en el que, para no variar, estaba involucrado el actual titular del INDES que ya empezó a mostrar los mismos síntomas que “Don Chelón”.
Antes de seguir hablando del presidentes del INDES, he observado -y no sé si la gente que tiene que ver con el entorno deportivo ha notado lo mismo- que las últimas personas que han pasado por este Instituto han mostrado los mismos síntomas. Llegaron humildes, simpáticos, amistosos, carismáticos, respondiendo a toda inquietud; pero antes de cumplir el tercer año y se dan cuenta que la chaqueta les quedó grande, optaron por la política del avestruz y el actual no es la excepción.
Ahora bien, volviendo al tema principal de esta columna -que los atletas, entrenadores y dirigentes no deben aceptar cargos en instituciones como el INDES y su cúpula- es porque son cargos esencialmente políticos en donde, tarde o temprano, se dan cuenta que no pueden presionar al Gobierno para que erogue los fondos necesarios para cubrir las necesidades del deporte.
El caso de Jaime Rodríguez es el más claro y típico ejemplo que un ex atleta de altos vuelos no debe dejarse seducir por los humos políticos. En los ochenta-noventa, “Don Chelona” tuvo un buen suceso que le permitió integrar la selección mayor que participó en el Mundial España 82 junto a grandes jugadores como el “Mágico” González, Norberto Huezo, Paco Jovel, Guevara Mora, “El Chelis” Rugamas, “El Mandingo” Rivas, entre otras. Su profesionalismo le permitió jugar a un buen nivel en América, Asia y Europa.
Su llegada al INDES -como la única retribución política que se le podía dar por haber formado parte del equipo de Funes- resultó ser su Titanic. Por ser el primer Gobierno de izquierda en llegar al poder, habían muchas expectativas en que El Salvador trabajaría el deporte tipo Cuba, pero para nada. La primera gran metida de pata de Rodríguez fue querer poner pasto sintético al “Mágico” y evitar que los atletas becados utilizaran el dinero para cubrir sus necesidades básicas.
En la actualidad, por ahí andan tres ex atletas en cargos deportivos, pero honestamente no les veo mucho futuro. Es posible que actualmente tengan una pírrica cuota de poder, pero eso es pasajero. Tendrán sus sueños e ilusiones, pero un día -sin haber cambiado el deporte salvadoreño- despertarán en una pesadilla y volverán a vivir del recuerdo de sus glorias, pero sin un futuro asegurado. ¿Qué le parece?
*Los conceptos vertidos en esta columna son de exclusiva responsabilidad de quien los presenta.