Por Waldo Mendiluza
Naciones Unidas/PL
Nuevas y recurrentes armas de la subversión de Estados Unidos contra Cuba quedaron al desnudo en diferentes foros y espacios de la ONU, and donde una vez más Washington quedó aislado en su guerra sucia contra la isla.
Desde el recientemente revelado programa ZunZuneo hasta las ya bien conocidas agresiones radiales y televisivas, la comunidad internacional recibió esta semana abundantes elementos de la desestabilización promovida desde la Casa Blanca, en sintonía con sus nada ocultas aspiraciones de cambio de Gobierno para el país caribeño.
El pasado lunes, el embajador cubano aquí, Rodolfo Reyes, manifestó ante el Comité de Información de Naciones Unidas que la hostilidad norteamericana y su flagrante violación de las normas universales y la Carta de la Organización ratifican la necesidad de un nuevo orden mundial, justo y apegado a la paz.
Reyes denunció en un debate general de esa comisión que Estados Unidos no abandona su empeño de subvertir el orden político, económico y social escogido soberanamente por el pueblo cubano en pleno ejercicio de su autodeterminación.
En las últimas semanas se conoció de sumas millonarias dedicadas a la desestabilización, a través de un servicio de mensajería para celulares en las redes sociales, denominado ZunZuneo, señaló.
A principios de abril, medios de prensa norteamericanos sacaron a la luz el programa secreto e ilegal, que estuvo activo hasta 2012, mediante el cual se reunieron sin su consentimiento datos privados de usuarios para establecer perfiles y utilizarlos con fines políticos.
Según las revelaciones, la iniciativa sustentada con el bolsillo de los contribuyentes estadounidenses incluyó empresas fachada y servidores en varios continentes, en aras de ocultar el origen de los mensajes telefónicos, en principio con «contenidos no controversiales», para luego incitar a la subversión interna.
Durante la semana, el Movimiento de Países No Alineados y el Grupo de los 77 más China, bloques integrados por 120 y 133 países en desarrollo, respectivamente, escucharon las denuncias de la isla.
Gran cantidad de voces se alzaron en esas agrupaciones, que reúnen a la mayoría de los 193 estados soberanos del planeta, para expresar su solidaridad con Cuba y rechazar la agresividad de Washington.
Belarús, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Siria, República Popular Democrática de Corea y Venezuela, entre otras representaciones diplomáticas, manifestaron su respaldo a Cuba.
En declaraciones a Prensa Latina, el embajador boliviano ante Naciones Unidas, Sacha Llorenti, calificó al ZunZuneo de un nuevo intento para desestabilizar a Cuba.
Además del uso de las nuevas tecnologías, en particular las redes sociales, para objetivos bien diferentes a los aceptados por la comunidad internacional, La Habana volvió a colocar en la palestra las transmisiones ilegales de radio y televisión desde territorio norteamericano.
El embajador Reyes precisó que desde su reporte de hace un año en el Comité de Información, un órgano subsidiario de la Asamblea General de la ONU, se emitieron semanalmente un promedio de entre mil 909 y dos mil 70 horas de contenidos subversivos.
Para ese propósito se utilizaron unas 27 frecuencias, también en una clara violación de las normas de la Unión Internacional de Telecomunicaciones, advirtió.
El diplomático llamó la atención de que tantas acciones desestabilizadoras por el gobierno de Estados Unidos «son solo una página de más de 50 años en la historia de la política de hostilidad contra Cuba, que ahora se apoya en las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones».